Si sientes que estás perdiendo en el juego de la vida, inventa reglas nuevas

Mi cama es un desastre.

Está llena de pelos de gato. Las sábanas tienen agujeros por culpa de los gatos. Las almohadas no caben en las fundas. Encima de ellas pongo unos cojines de color fúcsia que nunca parecen limpios, por mucho que los lave.

(Este es el tipo de entrada que hará que mi madre me llame atribulada y me diga: «Pitu, por Dios, las sábanas con agujeros, yo te compro sábanas, si te pregunté cuando fui a Portugal y me dijiste que no te hacían falta».

Tranquila, mamá. Respira. No es esa la cuestión)

No es que no tenga dinero para comprarme sábanas y cojines bonitos. Es que no me importa lo suficiente. Pero el otro día fui a casa de mi amiga Laura y tiene una casa preciosa, y una cama de revista con cojines a juego, y yo la odié un poco.

Así que ayer estaba tirada en mi cama llena de pelos de gato y me dio por pensar qué tengo para mostrar al mundo en estos mis treinta y dos años de vida. Porque no es que lo que me ahorro en sábanas me lo gaste en ayudar a los niñitos de África. He escrito una novela, pero no, parece que no me va a sacar de pobre. Tengo un pseudonegocio pero, si os digo la verdad, casi nunca le llamo negocio; por muy bien que me vaya, en cuanto paso dos días sin que nadie me pida consulta, empiezo a pensar que en realidad no tengo nada y que lo mío es una forma bonita de llamarle a estar prácticamente en el paro. No tengo hijos. No me he casado. Vivo en un piso que parece la extensión de mi habitación de estudiante de la universidad.

Soy, en general, mediocre. En el buen sentido de la palabra; o, al menos, eso me digo a mí misma, porque por definición la mayoría de nosotros estamos en la media, y eso no tiene por qué ser necesariamente malo. ¿Verdad? ¿Verdad?

Me empezó a entrar un pequeño ataque de pánico: como si me hubiera levantado un día y hubiera descubierto que en realidad no existo, que no hay huella de mi paso sobre la tierra: que, como si me hubiera perdido en el bosque, yo sé dónde estoy, pero no hay ninguna marca externa que lo confirme.

Porque está muy bien rechazar los signos tradicionales de éxito, que las hipotecas te parezcan suicidas, que montar un bodorrio de miles de euros te resulte bizarro y que tus sábanas tengan agujeros porque en realidad tampoco se notan tanto. Pero parecería que si es así, al menos deberías tener algo más: un negocio online titilante, un pasaporte lleno de sellos, una vida social muy loca. O varias parejas a la vez. O un refugio de agapornis. Qué sé yo.

Y, sin embargo, ya os he dicho muchas veces que yo tengo la impresión de que mi vida es un puñetero esfuerzo constante, desde que me levanto hasta que me acuesto, por aprovechar los días, ser consciente y ser mejor persona. Así que, ¿qué es esto? ¿Se me está escurriendo la vida entre los dedos? ¿Es, sencillamente, que no se trata de ganar nada, ni de mostrar nada? Ya, sí. Eso es fácil de decir, pero es un poco más difícil de sobrellevar cuando estás en el pasillo de tu amiga, mirando su colección de fotos familiares en blanco y negro, enmarcadas y colocadas con gusto en su inmaculada pared blanca.

Mi pared tiene desconchones porque me dio por pegar globos para una fiesta de pijamas que hice en febrero.

Estoy sumida en una perpetua adolescencia.

Soy un desastre.

Etcétera.

En ese momento, un chispazo iluminó mi cerebro. ¡Pago impuestos! Debo de ser una adulta, porque tengo tratos con Hacienda muchas, muchas veces al año. Pago, luego existo.

Me fui a dormir, solo parcialmente consolada porque Hacienda fuera lo único que me da cierta prueba de que no soy un sueño de mí misma, y me levanté al día siguiente un poco más repuesta.

Entonces me puse a pensar, de verdad de verdad, cuáles son los trofeos que quiero acumular en el juego de la vida. Me refiero a una acumulación metafórica, claro. Está muy bien ser minimalista y tal, pero sí que creo que si no estoy creciendo, estoy decreciendo, y quiero encontrar la forma de medirme a mí misma en una escala que tenga sentido.

Pensé que quiero ser cada día más flexible. Quiero que los altibajos de la vida me doblen, pero no me partan, como diría Marea.

Quiero aprender algo todos los días. Aunque sea una chorrada. Aunque sea solo aprenderme la canción del do en la app para niños que estoy usando para mejorar con la lectura de partituras.

Quiero estar cómoda en medio del caos. Para eso ser autónoma es un entrenamiento cojonudo. Caos es tener que pagar el IRPF y darte cuenta de que te lo has gastado todo en ridiculeces como comer y poner un techo sobre tu cabeza. La inseguridad económica es un gran entrenamiento espiritual.

Quiero ser antifrágil. Quiero que el desorden me haga crecer. O, si no es así, por lo menos quiero que el desorden no me destruya. Quiero tener siempre ahorros suficientes para pagar la fianza y el primer mes de una casa para mí sola.

Quiero escribir cada día un poco mejor, y quiero escribir cada día un poco más. Quiero escribir bien y mucho.

Quiero concentrarme como un láser.

Quiero crear masa muscular.

Quiero tener amigos. Quiero conectarme con gente. Quiero conectarme con vosotros aquí, en mi blog. Quiero que la próxima vez que haga una lista como esta, conectarme con gente se me ocurra un poco antes.

Después de escribir esta lista de medidas, logro salir más o menos de mi crisis existencial. Me gusta tener esta escala que es solo mía. Le pregunto a Pablo qué piensa él, cómo quiere medir su progreso en la vida, y me dice que quiere ser cada día más libre. Pablo vive en su furgoneta, así que no le va mal en lo que a libertad se refiere.

Esa misma noche, me llega un correo de James Altucher acerca de la inutilidad de pensar en el futuro. En medio, dice esta frase:

A billion years from now, my atoms will be scattered and lonely and only barely entangled with each other.

Por alguna razón, esa frase me consuela.

Así que la escribo en un post-it con rotulador naranja y la pego encima de mi desastrosa cama.

 

Enlaces mencionados:

  • Mi novela.
  • Corazón de Mimbre, de Marea.
  • El texto de James Altucher no está disponible en su web, pero puedes suscribirte a ella aquí.
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51 comentarios
51 comentarios
  1. Ana septiembre 28, 2017

    Un post genial Marina.
    Yo también envidio tu forma de escribir, que si es por envidiar la escritura da más caché y es menos aburrida, al menos para este montón de átomos que tienes al otro lado del blog.

    Un abrazo

    Responder
    • Marina septiembre 28, 2017

      ¡Gracias, Ana!
      Besos atómicos.

      Marina

      Responder
  2. Paola septiembre 28, 2017

    ¡Tus átomos son brillantes!

    Responder
    • Marina septiembre 28, 2017

      ¿Tú crees? *se sonroja

      Marina

      Responder
  3. MARIA septiembre 28, 2017

    Hola:
    Todos tenemos bajones, es normal, lo importante es levantarse despues. Y la conclusion a la que llegas me parece perfecta.

    A mi me gusta esta frase:
    Los dias de Mierda existen, pero haz que los malditos pajaros canten y las nubes se levanten.

    Vamos, que te permitas un pequeño tiempo de pesimismo, pero despues sal a la calle, interesate por los demas y conecta con la gente! .

    Esto es un camino y lo estas haciendo muy bien.

    Muchas gracias por tu blog y por tu libro.

    Responder
    • Marina septiembre 28, 2017

      Muchas gracias, María.
      Me ha salido decir: haz que los malditos pájaros canten y las p**as nubes se levanten 🙂
      Un abrazo,

      Marina

      Responder
  4. Carla septiembre 28, 2017

    Es muchísimo mejor tener nuestros propios parámetros porque NUNCA alcanzaremos a cumplir las expectativas de «normalidad». Yo quiero seguir trabajando en casa para estar con mis hijos. Quiero ser políglota. Quiero vivir más cómoda con mi cuerpo. Cosas sencillas.
    Un beso!

    Responder
    • Marina septiembre 28, 2017

      Me encanta tu meta de ser políglota, Carla. Me encantan todas, claro, pero es que además políglota es una palabra estupenda.

      Marina

      Responder
  5. Olivia septiembre 28, 2017

    Me está pasando lo mismo este mes de septiembre Marina, etapa no muy agradable pero necesaria de reajuste vital, de reflexión y recolocarse. Y leyéndote pienso, que a veces no caemos en que el hecho en si mismo de no autoengañarse y de reflexionar abiertamente acerca de lo que se va viviendo, es el exito en si mismo: es lo que provoca que los años no se parezcan a los anteriores, y que haya una evolución. Eso te lleva, aunque no se perciba inmediatamente, a años luz de una vida marcada por los impulsos compulsivos con bonus track de despeñadero al terminarse la sensación. Hace poco leí una preciosa frase de ‘los ensayos’ de Montaigne que me marcó: «Lo importante no es quien llegará a la meta, sinó quién efectuará las más bellas carreras». Qué bella carrera la que estás haciendo! Gracias por tu trabajo, en su fondo y en sus formas. Marca realmente la diferencia, aunque no te deje pensar en el interiorismo de tu casa! :). Besos

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  6. Maribel septiembre 28, 2017

    Hola,

    ‘Estoy sumida en una perpetua adolescencia.’… yo igual cuando miro a mi alrededor y es verdad que entra agobio, pero luego veo gente de mi edad que son adultos de bien, responsables, formales, perfectos y CASCARRABIAS… y oye, se me pasa el agobio, jajajajaja

    Yo creo que muchas veces confundimos lo que realmente queremos con lo que quieren los demás o con lo que supone que hay que querer y viene el sentimiento de estar perdiendo.

    Pd: Tienes un blog maravilloso…. me he desconectado de todo (redes sociales, suscripciones a revistas, tiendas, blog….) excepto de este blog.

    Besos

    Responder
  7. Svq septiembre 28, 2017

    Hola Marina.

    Pues mira, te diré que es la primera vez que escribo aquí. Y eso es porque me gustan tus cosas, tus listas y tus reflexiones en voz alta. Ojalá cada uno de nosotros pudiera ser tan consciente de sus preocupaciones y tan generoso de compartirlo con los demás. Creo que eso ayuda a mucha más gente de lo que piensas Marina. A mi entre ellas.

    Hace tiempo que creo firmemente que ser útil y servir a los demás es el verdadero camino y a su vez la meta. Ahí está la sustancia. Todo lo demás es accidental. Si podemos intentar además que lo accidental también sea lo mas gratificante y hermoso posible pues..genial¡.Pero sin olvidar lo importante.

    Por otro lado, no creo que haya una verdadera definición objetiva de éxito. Para mí,el mayor éxito personal es acostarse en paz con uno mismo por las noches y que en mi vida reine sobre todo la alegría. Y, simplemente seguir con fe en el camino. Como decía Ortega,la vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada.

    Muchas gracias por escribir(nos)

    Responder
  8. Jorge septiembre 28, 2017

    Una vez leí en un libro de Alain de Botton que si tus creencias son contrarias a las imperantes en la sociedad, tienes que rodearte de gente que piense como tú. Esa amiga con una cama de revista quizá no sea la mejor influencia en estos momentos, y como un tigre de sinapsis y dendritas, la disonancia cognitiva está siempre al acecho en la selva neuronal.
    Mi cama está (con toda seguridad) mucho peor que la tuya y mi casa es un campo de Agramante. Y también he publicado una novela que no sólo no me ha sacado de pobre, sino que me ha hecho más pobre aún. Y sí, tengo mis momentos de crisis existencial, que generalmente supero haciendo ejercicio o escribiendo. Pero luego miro a mi alrededor y te voy a decir algo: no me cambiaría por nadie.
    ¿Mediocre? Marina, ¿cómo vas a ser mediocre? Ahora viene cuando te pones delante del espejo y ensayas el monólogo de Robert DeNiro en «Taxi Driver»: «¿Es a mí? ¿Estás hablando conmigo?» .
    Ojalá todos los mediocres de este mundo fueran como tú.
    Un abrazo, Marina.

    Responder
    • Marina septiembre 28, 2017

      Estoy de acuerdo contigo en que si toda la gente que me rodea fuera como yo, probablemente no tendría estas dudas. Por otra parte, quiero ser capaz de pasar tiempo con Laura, porque Laura es amor y es feliz, y porque creo que está bien desarrollar una cosa que en budismo se llama mudita, que es la alegría por el bien ajeno.

      Un abrazo para ti también, Jorge.

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  9. Raquel septiembre 28, 2017

    Me suele pasar con tus entradas, que lo leo y pienso que te metes en mi cerebro y describes lo que me ocurre, pero es que en este caso ¡coincido hasta en los pelos del gato! Y mira que yo también cuando voy a cualquier casa tengo siempre la sensación de hogares muy organizados, decorados con los mínimo pero con gusto, cada cosa en su sitio, en los baños huele a limpio, las camas te invitan al relax…y mi casa está, pues eso…cutre, sin gracia ninguna, como si fuera de paso…Y aunque no sea lo más importante del mundo, a mí al final me afecta y mucho.

    En cuanto a la vida…..UFFF!!!! Tengo esas crisis existenciales de las que hablas, con el agravante de LA COMPARACIÓN, o como dicen por ahí arriba DE LA P..A COMPARACIÓN.
    Tengo 44 años y hace 9 que decidí que mi vida no me gustaba porque no me resultaba gratificante. Ahora he conseguido lo que me propuse hace 9 años: ser profesora. Pero me pasa como a tí, lo he conseguido de aquella manera…De momento estoy trabajando (en educación secundaria en colegio concertado) y sin cobrar…y tengo 44 años. Ahora, aunque de momento no cobro, he conseguido dar un paso muy grande. Y estoy contenta….Estoy contenta hasta que mi cerebro que es «mumajo» me compara: con amigos, con gente conocida…Con esas personas que aún siendo más jóvenes que yo, ya tienen su vida hecha, sus sueños alcanzados y están dándoles color, dos pasaportes llenos de sellos, hijos, casas, hipotecas, proyección profesional, reconocimiento, divorcios….Yo que sé, mil cosas que yo, con 44 años no tengo. Y esta comparación no me deja disfrutar de lo que logrado porque pienso que otros lo han conseguido ya y que no hay tanto de lo que alegrarse, porque además mi trabajo ni siquiera me permite ser una mujer independiente.
    Sé que es absurdo e insano hacer esto, pero me cuesta muchísimo dejar de hacerlo. Y yo ahora no siento que estoy perdiendo, estoy ganando, pero no me sirve porque otros lo han conseguido mucho antes que yo. Otros que parecían «imbéciles» cuando yo era una «brillante» adolescente.

    Así que te comprendo perfectamente. Pero yo un día pensé que dar marcha atrás es imposible, que mi juventud y mi madurez habían sido mediocres, muy mediocres pero que mi vejez iba a ser brillante. que había tiempo y que ya sabía por donde no tenía que volver a caer. A veces me lo creo, otras mi cerebro solo piensa en los demás, en la P**A comparación…

    En cuanto a ti, yo lo tengo claro, el día que gane el dinero suficiente me voy directa a tu consulta. Creo que eres especial, tienes una manera tan clara de decir las cosas que me engancha y me sirven mucho tus artículos, aunque nunca comento nada. No vendes humo, eres directa, tienes los pies en la tierra y conectas con las personas. No vendes una vida blanca o negra, no prometes lo que no se sabe a ciencia cierta que pueda cumplirse, no ofreces una visión de la vida acaramelada en la que solo con pensarlo se cumplen sueños y terminan problemas. Eres práctica, graciosa, entretenida. Transmites muchísima confianza y empatía. Sé que a veces si todo esto no lo vemos traducido en dinero, reconocimiento, prestigio no es más que palabrería, pero si algo me ha enseñado la vida, si algo sé de todas esas personas con las que me comparo es que el que tiene un sueño al final lo cumple, si trabajas por ello con todas tus fuerzas al final lo cumples…Me ha pasado hasta a mí (aunque soy incapaz de valorarlo).
    Gracias por tus artículos, te mereces éxito, de verdad, te lo mereces. Entendiendo por éxito lo que tú creas que es el éxito.

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  10. Ro septiembre 28, 2017

    Mediocre es la realidad, y tu no tienes nada de mediocre sabiendo escribir tan bien lo que sientes, has reflejado muy bien un sentimiento que tengo ultimamente muy a menudo, asi que gracias por eso…tienes un don Marina! Deja que se pase los nubarrones, este refugio te servirá para seguir adelante. Besos

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  11. Laura septiembre 28, 2017

    Asi que la conclusion es, «como voy a estar muerto en unos años, que le den a tener cosas para subir en la escala social», jaja.

    La verdad que no lo veo asi, ya he pensado muchas veces lo de que es mejor vivir de manera sencilla y acorde a lo que uno es, en lugar de seguir ciertas pautas sociales, pero al final siempre vuelve esa maldita sensacion de ser menos que el resto, de no llegar hasta donde podria llegar o de no tener cosas que, aunque suene materialista, me harian mas feliz.

    Mi conclusion es la siguiente, los topicos existen por algo. Si la gente busca casarse, una casa propia bien decorada y un trabajo estable bien remunerado, por mas que se pueda pensar en otras alternativas de vida, esta te puede hacer muy muy feliz. Y ver a otras personas acercarse a ella te hace sentir mal porque tu subconsciente lo sabe, por mas anti pautas sociales que uno se quiera volver. Ademas, no habria durado tantos años ese modelo de vida si no fuera porque es jodidamente agradable. En definitiva, volvemos a lo de siempre, ser pobre (porque que no te sobre dinero para tus aficiones, otras necesidades que no sean las basicas o quien sabe, alguna emergencia medica, toquemos madera, es ser pobre) es una mierda. Y hoy en dia parece que nos quieren convencer de lo contrario, que se puede vivir mejor con mucho menos, que te conformes, cuando hay mucha gente que tiene lo impensable y que derrocha en lo mas inmoral que te puedas imaginar. Pero tú, tú mantente pobre que esta muy bien.

    En fin, que me voy por las ramas hacia otro tipo de temas. La cuestión es que creo que hay que luchar. Aunque seamos mierda cosmica en el futuro. Pero mientras estemos en la tierra hay que luchar y buscar ese equilibrio entre tus valores, la persona que realmente eres, pasar el mayor tiempo posible con tus seres queridos y GANAR DINERO. Porque si, el dinero es importante, porque el dinero es esa libertad de la que el chico de Marina habla, ya que para hacer cosas, como mantener una casa furgoneta, por desgracia, se suele necesitar dinero. Asi que no hay que reinventar nada para autoconsolarse, hay que jugar con el resto, que en el fondo es lo que se quiere, y salir a ganar. Mientras tanto, en lo mas profundo de tu ser, en tu intimidad, curate de las heridas de esa lucha con aquellos logros subjetivos que te quieras proponer, pero, aunque tu sepas que es una tonteria porque somos mortales, que es mejor evolucionar en otras cosas y de hecho lo hagas tambien, nunca abandones esa lucha principal o jamas saciaras tu mayor deseo como humano: estar lo mas alto posible en esa realmente verídica escalera de poder. Y es que, aunque sea tristisimo, en nuestra sociedad tanto tienes, tanto vales, por los siglos de los siglos, amén.

    Responder
    • Marina septiembre 28, 2017

      Es interesante tu comentario, Laura. Me ha hecho pensar. Yo no creo tanto que la casa, el matrimonio y etc. te hagan feliz, como que contribuyen a crear ilusión de estabilidad, y es esa ilusión la que te hace feliz mientras dura. Puede durar toda la vida, y hacerte feliz toda la vida; o se puede ir al carajo en mitad de esa vida y dejarte en una posición muy desprotegida. Por eso en mi caso elijo mirar a la incertidumbre a la cara lo más a menudo posible. Quizá en términos absolutos me traiga menos felicidad, pero me parece una estrategia más antifrágil.
      Esto me recuerda también a algo que leí en el blog de mi querida Penelope Trunk, sobre la gente que prefiere una vida interesante a una vida feliz. Yo siempre he ido a por lo interesante. Lo que no es necesariamente mejor, de nuevo, en términos absolutos. Es probable que hubiera podido tomar opciones más felices en mi vida, pero quizá mi vida (la mía) no va de ser feliz.
      La parte buena de esto es que en todas las decisiones hay grandes espacios para encontrar libertad y satisfacción con el presente. Y, por supuesto, lo de los átomos no es tanto una posición nihilista y de me da todo igual, como una manera de darme perspectiva y hacerme mirar al aquí y al ahora.
      He pensado un montón este comentario y creo que al final tampoco ha quedado tan bien. En fin. Gracias por hacerme pensar, en cualquier caso

      Marina

      Responder
      • Laura septiembre 28, 2017

        Ooh Marina, me alegra haberte hecho pensar aunque sea solo un poquito. Te leo desde hace ya algún tiempo y te admiro desde las sombras, jaja.

        Interesante aunque quizas poco original la forma de ver la felicidad por parte de Penélope, es incluso un poco «clasista» intelectualmente hablando, casi que te dice que o eres un listo/mente inquieta abierto a una vida interesante pero condenado a la infelicidad como el mono de futurama cuando se pone el sombrero (https://vignette4.wikia.nocookie.net/es.futurama/images/9/9c/Gllorando.jpg/revision/latest?cb=20131211042649) o eres un «mediocre intelectual» que obtiene felicidad anteponiendo las relaciones personales al exito profesional, y haciendo las cosas de cierta forma porque asi se han hecho siempre. El test, aun asi, esta curioso.

        Pero yo hablo de seguirle el rollo a la sociedad de vez en cuando porque necesitamos el reconocimiento de los demas en determinadas ocasiones, aunque una se diga a si misma mil veces que no lo necesita en absoluto, porque nos parece muuy banal. Y por eso decía que aunque uno se centre en crear su pequeño mundo de logros que le hacen sentir bien, cuando salga al mundo de ahi fuera, quizas tambien agradezca tener un buen asiento en las primeras filas cumpliendo con ciertos topicazos tradicionales, y no en las filas de atras del todo, pues por muchos juguetes personales que uno se lleve a ese asiento, el espectaculo, que es lo que importara en ese momento, se seguira viendo desde muy lejos.

        Con el tiempo me di cuenta de que cuando algo me ha hecho sentir mal en repetidas ocasiones (refiriendome a algo que tenian o hacian los demas y yo no) era porque en el fondo yo tambien queria tener o hacer esa misma cosa. Quizas deberias estar atenta a si te sigue pasando lo de tener crisis existenciales cuando ves otros modelos de vida, puede que sea hora de hacer algun cambio. O no. Eso ya lo descubriras tu que se te da de miedo lo de la introspeccion.

        Gracias por estar ahi,

        Saludos!!

        PD: Ah, y aunque te animo a ser ambiciosa, por favor, nunca dejes de ser la persona maravillosa que pareces ser. No son incompatibles el poder y la bondad, aunque hayan intentado convencernos de lo contrario.

        Responder
  12. Mabel septiembre 28, 2017

    El mejor post que he leído en tiempo y sin duda el que mas me ha conectado y llegado al alma. Gracias Marina…. un abrazo enorme. Mabel.

    Responder
  13. Pilar del Amo septiembre 28, 2017

    Bajones y dudas lo tenemos todos. Ahora bien, si hay un malestar recurrente no podemos engañarnos; hay que pegar un cambio, porque lo que no tira, no tira. Y en cuanto a las comparaciones estamos siempre idealizando la vida de los demas. Y seguro que somos envidiados por mucha gente, pero solo cada uno sabe lo que está viviendo. Así que centrémonos en nosotros. Enhorabuena Marina estoy segura de que eres una magnífica psicologa. Transmites mucha coherencia.

    Responder
  14. Adrià septiembre 28, 2017

    Pues yo pienso, esta Marina, como narices ha sacado tiempo para montar todo esto? ojalá fuera yo capaz de hacerlo en mi profesión. Pero no me veo capaz mi genética mediocre no me lo permite, ella es afortunada.

    Malditos diálogos internos que nos ocupan el cerebro mientras podríamos estar felices haciendo lo que hacemos y simplemente intentando mejorar.

    Pero gracias a tu curso de escritura terapeutica estoy aprendiendo a convivir con el.

    Gracias! Un abrazo

    Responder
  15. María del Mar septiembre 28, 2017

    Si es que entre que escribes de p. madre, que transmites y remueves, y que encima has mencionado una canción de Marea, uno de mis grupos fetiche, desde hoy soy más lectora incondicional de tu blog si cabe!!! La luna a mí siempre me sabe a poco…….. 😉

    Responder
  16. Lexia septiembre 28, 2017

    Precioso 😉

    Responder
  17. Gloria septiembre 28, 2017

    ¡Hola, Marina! Escribes que es lo que te apasiona, aprendes con tu Master nuevas herramientas para ayudar a los demás y mantienes vivo el espíritu jipi», que no es poca cosa…así que de mediocre cero patatero. Podrías haberte conformado con ser una psicóloga al uso, o escribir sólo como afición y guardarte para ti tus reflexiones vitales, pero decidiste ser una JIPI y eso ya marca la diferencia. Además tienes un montón de aprendices jipis que te seguimos fielmente y nos vemos identificados en muchas de tus tribulaciones.
    Que dudemos de nuestra situación vital de vez en cuando es lógico, a los casados con casas perfectas e hijos también les pasa, y no creo que ningún estilo de vida sea la panacea. Todos tienen sus pros y sus contras. Al final creo que tomar decisiones sobre el estilo de vida que quieres llevar e intentar ser consecuente con esas decisiones, estando dispuestos a aceptar lo bueno y lo malo que tiene es lo que da un poco de estabilidad y sentido a lo que decidimos, pero si en algún momento vemos que lo que somos y hacemos ya no se corresponde con lo que queremos ser y hacer siempre podemos intentar rectificarlo y en el proceso aprender un montón sobre nosotros mismos.
    Me encanta tu lista de trofeos, muchos de ellos están en mi lista de anhelos también. Habrá que continuar nuestra gincana vital para obtenerlos con el espíritu y filosofía JIPI en el corazón y en la mente. ¡Un abrazo!

    Responder
  18. Pablo Aller septiembre 28, 2017

    Leyendo los comentarios se me ha ocurrido una chorrada enorme que no tiene nada que ver con el propósito de tu artículo. Necesito un post en el que me expliques cómo entender y expresar las diferencias entre hombres y mujeres, desde una perspectiva científica psicológica (no es hacer la pelota) y sin resultar machista. En realidad quisiera no parecer machista, pero me importa más ser feminista y realista a la vez.

    Toda esta supina gilipollez se me viene a la cabeza al ver que la mayoría de los comentarios que tengo arriba están escritos por chicas, que expresan sus sentimientos e inquietudes, siguen tu blog, te alaban sin complejos y no se cortan a la hora de compartir los pelos cognitivos de sus gatos.

    Como cualquier ser humano adulto, seguro que me autoengaño con lo de que no me importa lo que piensen los demás. A todos nos importa. Me voy a pasar de tocho de comentario y van a llamarme micromachista y off-topic, además de cansino…etc

    Escribes con una naturalidad cómica súper-guay. Sigue por ese camino, que es un camino bien bonito y al final todos los caminos desembocan en el mismo universo poli-atomico. Pero lo que mola es que el camino esté chulo, como en Desigual, pero sin vender trapos.

    Responder
  19. Myriam septiembre 28, 2017

    Este es el post que más me ha gustado en bastante tiempo, un abrazo!

    Responder
  20. Joaquin septiembre 28, 2017

    Gracias, mil gracias.
    Sobre todo la frase de los átomos, me consuela estoy pasando por un mal momento y es una alternativa para afrontar el dolor desde el consuelo.
    Un familiar muy cercano está muy enfermo y trato de buscar alternativas desde la biología, desde la espiritualidad, y ahora gracias a vos desde la física.
    Incluso paso por la locura de pensar que querer esquivar el dolor está mal y que soy mezquino por eso.
    Pero culparse tampoco es la idea. Creo que (una parte de mi cree que) cada uno puede vivir el dolor como mejor le quede.
    Abrazo grande.

    Responder
  21. Estefanía septiembre 28, 2017

    La frase «Quiero que los altibajos de la vida me doblen, pero no me partan» ¿ es de Marea la banda de rock? Soy de México y me encantan 😀 jajaj gracias por compartirnos, te admiro pues haces lo que te gusta y la verdad a mi también me gustaría hacerlo pero me cuesta mucho trabajo.

    Responder
    • Marina septiembre 28, 2017

      La frase no es textual; la letra dice algo así:
      Le hizo un trato al colchón
      con su espuma se forró el corazón
      que anoche era de piedra
      y al alba era de mimbre
      que se dobla antes que partirse.

      Pero de hecho creo que el original de esa comparación es Camarón de la Isla:
      Yo seré como la mimbre
      que la bambolea el aire
      pero se mantiene firme.

      Marina

      Responder
  22. Priscila septiembre 28, 2017

    Creo que todos nos sentimos así a veces, todos los que no estamos cortados con ese patrón del «típico trabajo, la típica rutina, el horario inflexible y el acumular un coche mejor, una hipoteca cara y una casa de revista», que es a lo que aspira mucha gente, porque ciertamente, da seguridad.
    A lo mejor tu prioridad no es la seguridad, es la libertad en otros aspectos.
    Solo quería transmitirte que no eres la única a la que le entran esas crisis de «estar instalada en la eterna adolescencia». Y que quizás esos momentos de «qué estoy haciendo con mi vida» sirvan para hacerte pensar y llegar a una conclusión: estoy haciendo lo que yo quiero y haciéndolo lo mejor que sé, aunque no sea lo que esperan de mí o aunque no se parezca lo más mínimo a lo que otros hacen.
    Y además, estás ayudando a pensar y a sentirse mejor a mucha gente. Estás comunicando, estás haciendo que la gente empatice, que sean menos duros consigo mismos, todo con tu forma de ser y de escribir y con tu forma de trabajar…
    Eso, acaben como acaben tus átomos, demuestra que han valido la pena para los átomos de otros. ¿No es eso más grande que una absurda casa de revista sin pelos de gatos adorables?

    Responder
  23. Cigi septiembre 28, 2017

    Mi cama está llena de pelos como la tuya. Mi madre me regala sábanas. Pero ya no pienso tanto en eso de trascender o hacer algo importante con mi vida o parecer y actuar como adulta. Creo que es porque soy más mayor, y cada vez me hace más gracia ver como las personas pasamos por etapas tan parecidas que la edad va cerrando.
    Últimamente me parto con lo que escribes :-). Gracias por mostrarnos tu vulnerabilidad.

    PD: Me encanta(ba?) Marea!!!!

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  24. Laura Erre septiembre 28, 2017

    «Cuando el hombre nace su cuerpo es débill y ligero. Cuando muere es fornido y duro. Cuando un árbol crece es tierno y mimbreño, pero cuando su tronco está seco y rígido, se está muriendo. La dureza y la fuerza son satélites de la muerte. La flexibilidad y la debilidad expresan la lozanía de la existencia.. Por eso lo que se ha endurecido no vence.»
    Es una reflexión del cineasta A. Tarkovsky.
    Por otro lado, el post me ha recordado aquello que decías de que sufrimos (o nos frustramos, o nos sentimos insatisfechos, no me acuerdo), porque comparamos nuestro interior con el exterior de otras personas.
    Me quedo con lo que creo que es lo importante: seguir creciendo, vivir nuestro interior. Mi exterior crece en más de un sentido, como para entrar en los cánones sociales de felicidad, pero cuando me estanco no me vale de nada consolarme con el aspecto de mi casa o con un capricho que pueda darme, o con acordarme de mis éxitos académicos o laborales. Cuando me estanco necesito reconectar con mi esencia y buscarla en aquello que siempre me ha hecho feliz, que es inmaterial. No se si me explico. Ánimo, a mi me pareces admirable, como escritora y como profesional.

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    • Marina septiembre 29, 2017

      Qué bonito lo de reconectar con tu esencia y buscar lo que siempre te ha hecho feliz, Laura. Estoy totalmente de acuerdo en que los logros y las posesiones no consuelan cuando se tiene un mal día, en que hay que buscar algo que sea más estable y que esté más allá de todo eso, y que probablemente ese algo, sea lo que sea, lo tenemos dentro. Abrazos.

      Marina

      PD: Me ha encantado la cita de Tarkovsky, es preciosa. Muchas gracias.

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  25. Daniela Opitz septiembre 28, 2017

    Me encantó tu comentario Laura! Yo también pienso algo así. Yo creo que mucha gente se va a los extremos. Me parece un deseo válido querer tener dinero, mientras esto esté asociado a otros deseos menos materialistas. Me explico, me encantaría tener más dinero por ejemplo para poder invitar a mi familia de vez en cuando a comer a un lugar con buena comida y buen ambiente o para poder tener una hermosa casa en la playa para ir los días festivos con mis amigos y pasar un buen tiempo. Sin embargo, no me parece válido o correcto desear dinero, para querer demostrarle a la gente que eres mejor que ellos. También creo, y esto trato de aplicarlo a todos los aspectos de mi vida, que el secreto está en alcanzar el equilibrio. El equilibrio no es eterno, es bueno saber eso, pero creo que la gracia está en que cuando lo perdamos, seamos lo suficientemente inteligentes y honestos con nosotros mismos y hagamos lo posible para retornar a el.

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  26. Elena septiembre 28, 2017

    No he leído el post de Trunk (me parece una charlatana, la verdad, lo siento) pero eso de contraponer vida feliz a vida interesante me parece un poco traído por los pelos y me recuerda a los tópicos románticos del héroe desgraciado. ¿Vida interesante para quién? ¿Para los demás? ¿Para uno mismo? ¿Es más interesante recorrer el cuerno de África que llevar todos los días a los nietos al cole? ¿Quién lo decide? ¿Un editor de prensa lifestyle desde su ático de Manhattan? Creo que lo fundamental es estar a gusto en nuestra piel. Si nos acomodamos al entorno pues mejor para nosotros, porque será mucho más fácil. Si no, es algo más difícil, hay que acostumbrar al entorno a que no vamos a cumplir sus expectativas, pero con el tiempo aprendes a pasar de la galería, de los marcadores sociales de éxito y de los pelos de gato en la cama. Aunque eso solo pasa a partir de los cuarenta. 🙁

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  27. Jorge septiembre 29, 2017

    Después de leer todos los comentarios a este magnífico post, enriquecedores siempre, el post de Penelope Trunk y algunos de los 200 y pico comentarios que ha generado, salta a la vista lo inabarcable y resbaladizo que es el tema de la felicidad. Yo conozco a alguna persona feliz e interesante (un escalador que lleva en activo desde los 17 y que a sus 60 años sigue abriendo vías. Va siempre muy justo de dinero, pero destila serenidad e ilusión por nuevos proyectos). Conozco también a personas felices pero no interesantes (en el sentido que le da Penelope Trunk): mi madre, sin ir más lejos. Y no hay que ser un lince para sospechar que David Foster Wallace era un tipo infeliz pero sumamente interesante (recomiendo encarecidamente la lectura de «Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer», si os gusta la literatura muuuuy inteligente).
    Después de leer docenas de libros (¿por qué los libros se cuentan como si fueran huevos?), de estudiar filosofía especialmente motivado por este tema, y de tropezar con tropecientas piedras en el camino de la vida, he llegado a la conclusión de que la felicidad es algo personal e intransferible (en este punto me estalla la cabeza por el esfuerzo mental). Que la genética influye más de lo que nos gustaría aceptar; que la educación recibida y el entorno también hay que sumarlos a la ecuación; y que al azar, el puñetero hado, también está ahí con sus tocacojones omnipresencia.
    Resumiendo: ¡y yo qué sé!
    Aún y así, de nuevo en la brecha, amigos míos, que diría Shakespeare. Porque éste es un tema que sólo termina al final…

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  28. Ismael septiembre 29, 2017

    Siento que estamos hecho el uno para el otro. Te quieres casar conmigo? Tener hijos, nietos y bisnietos?

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    • Marina septiembre 29, 2017

      ¡El puesto ya está pillado, Ismael! Lo siento.

      Marina

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      • Ismael septiembre 29, 2017

        Ok , lo valoro. Así como a tu blog y ha este escrito especial. Contad conmigo.

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  29. Tonia septiembre 30, 2017

    ¿Qué has hecho? ¿Qué has hecho de tu vida?!!!!!
    Eres un faro de luz en la oscuridad del mundo, un punto de referencia al que vuelvo SIEMPRE que me siento mal o parecido a lo que has descrito.

    Un abrazo hermosa!

    Responder
  30. meri octubre 1, 2017

    Sinceramente Marina. A mí esto de maquillar las cosas malas y negativas y tratar de creer que vivo en el mejor de los mundos posibles y que estoy muy bien sólo me sirve para autoengañarme y al final me acaba petando en las narices. Al final todos sabemos muy bien lo que hay y física y emocionalmente acaba saliendo. Si en lugar de solucionar los problemas los escondemos o tratamos de hacer ver que no existen es muchísimo peor. Constantemente tenemos que hacer esfuerzos para creernos cosas que no son (cobro una mierda pero mi trabajo me encanta así que estoy muy bien…sí hasta que llega fin de mes / no tengo pareja pero sola estoy muy bien porque hago lo que quiero…sí hasta que pasan cuatro fines de semana y todos los pasas en casa). Las cosas son como son y la actitud poco puede hacer con la realidad.

    Responder
    • Marina octubre 2, 2017

      Meri: Solucionar los problemas y avanzar en la vida no es incompatible con tratar de buscar satisfacción en lo que ya tienes. De ahí la etiqueta «Aceptambio». Es un poco como ir en coche hacia un destino, y saber que quieres llegar, y conducir y acelerar y poner gasolina… pero no olvidarte de mirar el paisaje.

      Abrazos,

      Marina

      Responder
  31. Rita octubre 5, 2017

    A ver si puedo aportar algo después de todo esto. Yo conozco gente feliz; concretamente, tengo 2 buenas amigas muy felices y satisfechas con su vida. Todo les parece bien, casi nada les afecta negativamente, se reponen rápido de los problemas, casi nunca juzgan y siempre ven el lado positivo de las cosas. Las adoro, quisiera estar siempre con ellas y parecerme a ellas pero si se me permite un juicio, creo que son bastante inconscientes (sin entrar en si esto es bueno o malo, ahí lo dejo)

    No sé si me explico 🙂

    Responder
  32. Emilio octubre 20, 2017

    No se si escribes cada día mejor, pero a mí , me gusta cada día más leerte. Hay una parte de tu verdad que pones allí y me parece auténtico. Yo valoro lo auténtico más que lo «comercial» así que seguiré esperando tu próximo escrito. Saludos

    Responder
  33. mauricio octubre 31, 2017

    excelente artículo Marina

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  34. Silvia noviembre 12, 2017

    Hola Marina, gracias por tus pots interesantísimos! desde que te encontré me has ayudado!! Quería preguntarte si puedes hacer un post sobre el amor irracional y el amor racional (¿o si es que pueda haber algún tipo de amor racional?) gracias!

    Responder
    • Marina noviembre 14, 2017

      ¿Me das más datos sobre lo que entiendes por cada tipo de amor, Silvia? Suena interesante. Un abrazo,

      Marina

      Responder
  35. Beatriz mayo 29, 2018

    Hola Marina,

    No nos conocemos, pero tu entrada parece que haya salido de la tinta de mi pluma. Ahora mismo tengo todas las piezas para armar un puzzle bastante completo de mi vida: he conocido a alguien especial, empezado en un trabajo que me plantea retos constantes y mi salud por fin empieza a mejorar.

    Y en cambio estoy aquí, en mi cama deshecha, con las sábanas rotas, bebiéndome un redbull porque soy incapaz de continuar con la mudanza que tengo entre manos.

    Buscando algo con lo que llenar mi vacío, he encontrado tu entrada en Twitter. Y me he sentido menos sola. No por eso que dicen de «mal de muchos, consuelo de tontos». Sino porque me he dado cuenta de que nosotras, al igual que otros muchos, somos unas inconformistas. Y aunque tengas un negocio, o yo tenga un nuevo sueño, nunca nos parece suficiente. Siempre pensamos que podríamos haber hecho más y mejor. O al menos esa es la impresión que me ha dado al leerte.

    Si te sirve de algo, no estás sola. Espero que mi sonrisa al leerte te haga sentir que, al menos, compartir tus escritos, sirven para dar sentido a algunos de nosotros.

    Responder
    • Marina mayo 30, 2018

      Muchas gracias, Beatriz. Qué bonito comentario. Abrazos.

      Responder
  36. Marco diciembre 11, 2019

    Me siento igual que tú. Como bien dices, una forma bonita de decir que estás en paro, me explico: soy de Ecuador y, vivo en una posición social relativamente acomodada. Mi trabajo no me exige estar presente los 7 días (soy mi propio jefe) y, realmente me siento un vago mediocre. Ya está, tengo 34 años. Sí, tengo unos hijos maravillosos y una hermosa mujer pero, creo que pude haber dado más, mucho más. Espero leas y me des tu opinión. Saludos.

    Responder

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