Cómo librarte de una vez por todas de tu autoestima

Cómo librarte de una vez por todas de tu autoestima

Nadie se deja los zapatos de tacón puestos en una isla desierta.

Esto quiere decir que, por mucho que tengamos que utilizar todo lo que hay a nuestro alcance para sobrevivir, hay cosas que simplemente van a ser un estorbo. Quizá puedas usar los tacones de aguja de tus zapatos para construir armas mortales con las que amenazar a tus enemigos, pero antes tendrás que abandonar la idea de andar con ellos. Fíjate qué buena noticia: incluso aunque no aprendas jamás nada nuevo sobre psicología o crecimiento personal, con librarte de conceptos y creencias que no te aportan nada vas a dar un paso de gigante.

La autoestima es uno de esos conceptos. No la necesitas. No te hace falta tener esa “autoestima alta” de la que todo el mundo habla para empezar a hacer cosas buenas.

Razones por las que la autoestima no es necesaria:

1. El concepto está equivocado

Autoestima quiere decir que hay una parte de nosotros que quiere y valora a nuestro propio ser. Entonces: ¿quién quiere a quién? ¿Nuestra mente quiere a nuestra personalidad? ¿Un 10% de Marina quiere al otro 90%? La realidad es que no hay duplicidad. Somos un solo ser. Creer que la vocecita que escuchamos en nuestra cabeza somos nosotros y que existe otro ente aparte al que no podemos acceder es absurdo. Lo pensamos así por cuestiones de comodidad y porque estamos muy apegados a nuestra autocháchara, pero la pura verdad es que quien quiere y quien es querido, en este caso, son la misma persona.

2. No es cuestión de amor, sino de ego

Imagínate que vienes a mi consulta y te sientas frente a mí. Empiezas a contarme qué te trae por aquí y yo te hago algunas preguntas para recoger más información. Al final de la sesión, cuando estamos estableciendo objetivos comunes para trabajarlos juntos, tú me dices: “Ah, y quiero tener más autoestima”. “¿Y eso? – te pregunto yo -. ¿Qué piensas sobre ti para creer que tienes baja la autoestima?”. “Pues no sé: pienso que no valgo nada y que soy una basura humana.” Entonces yo te miro, pongo mi mejor sonrisa de psicóloga comprensiva y te digo: “Tienes toda la razón. Basándome en lo que me has contado en esta sesión, yo también pienso que no vales nada y que eres una basura humana”.

Que levante la mano quien no saldría de la consulta para no volver jamás.

En cualquier otro ámbito, estamos encantados de que nos den la razón. “El Barça es el mejor equipo”, “Tienes toda la razón: no hay otro como él”. En lo que se refiere a nuestros defectos, sin embargo, no. Lo que todo el mundo espera cuando hace una afirmación de ese tipo es que el otro le conteste: qué va, hombre, si eres estupendo. No eres una basura. Vales un montón.

Declarar todo el rato que tenemos baja la autoestima puede ser un mecanismo para proteger nuestro ego e intentar que los demás reconozcan nuestra valía. Cuando uno cree que tiene baja autoestima es porque piensa que no reconoce sus propios valores y cualidades. Pero si piensa que no los reconoce quiere decir que los tiene: ¿para qué perder entonces el tiempo convenciéndote de algo que tú ya sabes?

3. Te limita como persona

Para tener alta la autoestima es necesario que estimes algo. Un conjunto de cualidades o características que posees o que piensas que posees. Las cualidades son etiquetas: la forma que tiene nuestra mente de intentar aprehender un conjunto de acciones, pensamientos y palabras que se repiten a lo largo del tiempo con cierta consistencia. La mente se ve obligada a procesar tanta información a diario que necesita simplificarla para no volverse loca. Si tuviera que analizarlo todo momento a momento no tendría espacio para funcionar. Si yo me describo como “trabajadora”, quiere decir que en distintos momentos he sacado tareas adelante o he sacrificado otras actividades para hacer lo que debía, pero el concepto “trabajadora” no existe como tal. Es una etiqueta.

El problema de las etiquetas es que nos inmovilizan. Imaginemos que estoy trabajando en mi autoestima: me estoy esforzando duro para querer a la personita absurda que soy a veces. Me defino como activa, creativa, espontánea, extrovertida, independiente, desordenada y charlatana. Decido que esas cualidades me gustan, porque es necesario para tener la autoestima alta. En el momento en que me apego a esas cualidades, estoy dejando de lado la oportunidad de ser, ahora o en el futuro, sosegada, tranquila, vinculada, silenciosa u ordenada. No puedo fallar en lo bueno ni cambiar lo malo, porque amo esas cualidades y componen en mi mente lo que yo identifico como “Marina”.

Liberarse de la necesidad de tener alta la autoestima nos permite ser conscientes de cómo somos momentos a momento, aceptar nuestras contradicciones y ser capaces de sorprendernos.

4. No tiene por qué corresponderse con acciones buenas

La autoestima es otro de los campos de la psicología donde parece que funciona el pensamiento mágico. Si me quiero y pienso que soy un ser estupendo, me comportaré con los demás como ese ser estupendo y mi vida irá genial.

Lo voy a repetir muchas más veces, pero es fundamental que entendamos que nuestros pensamientos son una cosa y nuestras acciones otra. Que entre ellos existe correlación, pero no causalidad. Que tenemos mucho más control sobre nuestras acciones que sobre nuestros pensamientos. Y que esto nos da una libertad estupenda para pensar todas las barbaridades que queramos.

Prueba esto: escribe en una hoja de papel un montón de afirmaciones, del tipo de “soy un ser maravilloso y merecedor de amor”, “me amo y me acepto como soy”, “quiero a mis virtudes tanto como a mis defectos”. Ahora siéntate en tu habitación con la puerta cerrada, un par de sandwiches y quizá un orinal. Pasa todo el día repitiendo en silencio estas afirmaciones. Por la noche, lávate los dientes y métete en la cama. ¿Qué habrá pasado?

Yo te lo digo: habrás tenido un día de mierda.

Todas esas afirmaciones y pensamientos de auto-amor no son buenos ni malos, no son deseables ni indeseables, no son posibles ni imposibles. En el contexto descrito, son simplemente inútiles. Los pensamientos y afirmaciones positivas carecen completamente de valor hasta que no se convierten en acción efectiva.

En estos momentos, estarás pensando que algo debe fallar aquí. ¿Cómo no va a servir la autoestima? ¿Cómo va a ser mentira? Todo el mundo habla de ella. Todos los psicólogos, libros y programas de la tele recomiendan tener la autoestima alta y el colesterol bajo. Pero yo no estoy inventando la bicicleta: todas estas reflexiones sobre la autoestima se deducen bastante bien a partir de modos de entender la mente que vienen directamente de Buda. Actualmente, algunas escuelas terapéuticas, como la Terapia de Aceptación y Compromiso, están recogiendo estas ideas y afirmando que la codificación verbal de toda nuestra experiencia y nuestra incapacidad de aceptar ciertos pensamientos son las raíces de nuestros males.

¿Por qué existe entonces el concepto de autoestima?

¿Por qué está tan extendido? Si has leído lo de arriba, seguro que puedes sacar tus propias conclusiones. Las mías son las siguientes:

  • Creer que tenemos baja la autoestima está relacionado con virtudes tradicionalmente valoradas, como la humildad o la modestia.
  • La idea mágica de pensamiento=acción está muy arraigada en nuestro coco.
  • Nuestra mente nos da miedo. Como consecuencia del punto anterior, no toleramos los pensamientos “malos” o “inaceptables”. Esto también está muy arraigado en la cultura judeocristiana, con aquello de los pensamientos y deseos impuros.
  • Es una buena excusa para seguir comportándonos de la forma en la que lo hacemos.
  • Sirve como forma desadaptativa y un poco cutre de atraer atención y amor.

Quizá te cueste desprenderte de la necesidad de tener alta la autoestima, pero si quieres avanzar realmente en tu camino como persona vas a tener que aprender a pensar desde cero. A poner en cuestión muchas de las ideas que has mantenido desde siempre. Si una solución no te funciona, cámbiala por otra. Si intentar subirte la autoestima durante años no ha producido cambios duraderos en tu vida, abandona ya esa batalla.

Ahora que nos hemos deshecho de las ideas tradicionales, ¿cómo convertimos la autoestima en un concepto útil? O, lo que es lo mismo: ¿cómo utilizamos los tacones de aguja para construir terribles armas blancas?

Imagina a una pareja que está todo el rato diciéndose que se quiere y que después se trata fatal. ¿Qué les recomendarías? ¿Que se dijeran más veces que se quieren? Le dirías que tienen que mostrar lo que predican. Que no vale eso de, como diría mi madre, “mucho te quiero, perrito, pero pan poquito”.

Con la autoestima pasa igual. Deja de enredarte en si piensas o no que eres una persona merecedora de cariño y afecto y empieza a comportarte como una persona merecedora de cariño y afecto. ¿Muestran tus acciones que te quieres? ¿Cómo puedes empezar a demostrar de verdad ese supuesto amor que deberías tener por ti mismo? Aquí tienes algunas ideas, aunque seguro que se te ocurren miles:
1. Ama tu cuerpo: busca una dieta saludable que te haga sentir bien, muévete más, disfruta de tu salud, acaba con tus adicciones, sal al exterior, abraza a la gente, ponte guapo/a.
2. Ama tu mente: trabaja para buscar la paz, aprende de tus errores, busca técnicas que tranquilicen tu autocharla, acepta tus pensamientos tal y como son.
3. Ama tu capacidad de relacionarte con otros: esfuérzate por establecer vínculos, deshazte de las personas que no te aportan nada, cuida a los que te quieren, actúa como la persona honrada, leal, íntegra y cariñosa que quieres que los demás perciban.

La autoestima no consiste en pensar en positivo, sino en que tus acciones demuestren lo mucho que te quieres.

¿Y tú, qué opinas de la autoestima? ¿Crees (o creías) que la tienes baja? ¿Cómo cambiaría tu vida si renuncias a ella? Compártelo en los comentarios.

[Foto de Brean]

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22 comentarios
22 comentarios
  1. Cigi enero 20, 2013

    Hola Marina,

    No acabo de comprender del todo ni de compartir que los pensamientos no influyan en nuestras acciones. Si yo voy a una entrevista de trabajo, con el pensamiento constante y machacón de que no sé para que voy, si total, no tengo nada que ofrecer, no valgo nada como profesional y lo único que puedo hacer es disimular todo lo que pueda y contarle todas las trolas que pueda al entrevistador, sinceramente, no creo que me desenvuelva en la entrevista de la mejor manera.
    Además, en mi experiencia personal, las afirmaciones positivas sí que me han servido para cambiar mi actitud y mi comportamiento y por lo tanto para mejorar ciertos aspectos de mi vida.

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    • Marina enero 21, 2013

      ¡Hola!

      No te preocupes, porque tengo pensado explicar esto con detalle más adelante.

      Te anticipo que es cierto que los pensamientos influyen en las sensaciones y acciones, pero lo hacen en gran parte porque les damos ese poder, y cuando son negativos nos resistimos de forma activa contra ellos y bloqueamos nuestra actuación. El problema de los pensamientos es que no pueden controlarse. La mente va tan rápida y los produce a tal velocidad que es imposible seleccionarlos TODOS para que sean positivos. Puede existir un tono dominante, pero es inevitable que se nos escapen algunos más pesimistas. Si les damos a esos pensamientos pesismistas el poder de paralizarnos, estamos perdidos: es mejor aceptarlos y seguir con el curso de acción que tuviéramos planeados.

      Para que comprendas mejor el tema, piensa en un actor de teatro. Por su cabeza pueden estar pasando sentimientos de cariño hacia otro actor, pero estar interpretando una pelea, o viceversa. El actor no da a sus pensamientos el poder de determinar sus acciones. Esto no quiere decir que tengamos que ser fríos o disociarnos de lo que pensamos, sino que nuestras elecciones no deben basarse en esos pensamientos pasajeros, sino en valores anclados de manera firme.

      Pero no te preocupes: como te digo, lo explicaré en detalle más adelante.

      Para que te hagas una idea, actuar con pensamientos negativos en la cabeza es como salir a correr con lluvia: no es lo más cómodo del mundo, pero se puede. Y cuando uno descubre que se puede, te libera.

      Un abrazo y gracias por participar.

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  2. Marta (Galicia) enero 21, 2013

    Apuf, la autoestima es un tema delicado. Creo que hablaste una vez de esto en tu blog, y alguien, no recuerdo quién, comentó que la autoestima era como un vecino ruidoso. Y creo que eso es lo que más se acerca a lo que yo opino 🙂

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    • Marina enero 21, 2013

      Me gusta esa comparación. Con un vecino ruidoso, la mayoría de las veces es mejor no discutir y seguir a lo nuestro: ya se cansará.

      Un besazo.

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  3. Pilar enero 22, 2013

    Buenísimo Marina, te has salido de lo bien explicado que está!!

    Ahora bien, para mi la clave es el punto nº 2: creo q es la base de la baja autoestima: ¿qué pasa cuando tú sabes que eres guay pero el mundo se empeña en demostrarte lo contrario, cuando no hay feedback positivo, cuando se tambalea tu ego, cuando te hacen dudar de ti misma porque por más buenas acciones q tengas son incomprendidas, ninguneadas o incluso mal interpretadas…? Sobre todo lo de ninguneadas…

    Un besazo!

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    • Marina enero 23, 2013

      ¡Muchas gracias!

      Pues bueno… habría que examinar el caso de forma más concreta, pero o bien deja de importarte que los demás te reconozcan, o cambias de amigos. En general, creo que hay que sostener la idea de que lo importante es la volición y el resultado no depende de nosotros, pero si eso resulta demasiado quemante, quizá sea buena idea cambiar de ambientes a otros donde se valoren más tus cualidades.

      Lo reflexionaré con más detenimiento por si puedo dar una solución más satisfactoria.

      Besos.

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  4. Nisa enero 23, 2013

    Yo hace años me preocupaba más por eso de la autoestima, pero lo cierto es que desde que empecé con mi proyecto pseudoempresarial ya no tengo ni tiempo de plantearme ese tipo de cosas. Intento dar los pasos necesarios para cuidar mi cuerpo y mi mente, así que supongo que me debo querer. Alguien me dijo una vez que cuando nuestros pensamientos no motivan ninguna acción nos estamos haciendo pajas mentales, y creo que eso es la mejor manera de perder el tiempo. Me ha parecido estupuendo el ejemplo de la habitación, aunque yo casi que paso de hacer el experimento, ejeje.

    La verdad que se agradece leer algo como esto. ¿Sabes? Estoy un poquito cansada de ver fotos, posters, laminas de diseño etc, supermotivadoras y propensamiento positivo. No me parece natural esa presión constante por el optimismo, y mira que soy una persona que en general soy bastante positiva, sonrío muchísimo y me dicen que transmito tranquilidad y felicidad. Pero me gusta poder permitirme de vez en cuando pensamientos negativos y pesimistas, sin sentir que por eso ya se me va a fastidiar todo.

    Me ha gustado muchísimo el enfoque de este post. Creo que renunciando a la autoestima te da tiempo de hacer más cosas, comerte menos la cabeza y ser más.

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    • Marina enero 23, 2013

      Me alegro mucho de que te haya gustado. Gracias por tu feedback. Yo también estoy harta de optimitis; creo que es importante mantener los pies en el suelo y trabajar por un realismo que es optimista en la medida en que se fija en cosas que haces probables con tu trabajo y tu esfuerzo.

      Muchas suerte con tu proyecto emprendedor, ya me irás poniendo al día de cómo te va con ese engendro del mal que es WordPress.

      Besotes.

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  5. Funes enero 23, 2013

    Marinita, cada vez admiro más tu capacidad para comunicar con tanta claridad conceptos e ideas que, en principio, son abstractas y complejas. Me encanta cómo derribas los muros de lo socialmente establecido como correcto y positivo para dar una visión diferente y mucho más práctica y realista. Eres deliciosamente pedagógica e iconoclasta… Me encanta! Enhorabuena por este maravilloso rincón que poco a poco va encontrando su hueco en la red.

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    • Marina enero 23, 2013

      Me encanta tu comentario, Pepito. Deliciosamente pedagógica e iconoclasta: voy a traducirlo al inglés y a imprimírmelo en una camiseta. Sabes lo mucho que valoro tu opinión. Te quiero. Cuídate mil.

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  6. concha enero 24, 2013

    Yo tambien creo que forzar a nuestra mente a pensar todo el tiempo que la vida es maravillosa y que todo nos va a salir bien siempre, es simplemente engañarnos porque eso sencillamente no es cierto. Sí creo que una actitud general positiva nos ayuda a ser mas felices y hace mas felices a los que nos rodean, pero creo que hay que aprende a «ver la vida tal y como es» y a partir de ahí empezar a trabajar. Mil besos Pitu, me encantas tú y todo lo que escribes.

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    • Marina enero 28, 2013

      Muy bien dicho. Intentar acercarse a una visión lo más ajustada posible a la realidad es el primer paso para un cambio verdadero. ¡¡Lo dice Buda!! Un besote, guapa. A mí tambien me encantas :p

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  7. Homo Minimus marzo 4, 2013

    Es bueno para mi autoestima el encontrar al fin alguien que piensa parecido a mí en cuestiones de autoestima.
    Bromas aparte. Tocas un montón de ideas y creo que hay que resaltar lo esencial.

    1. Lo importante es la acción. Cualquier cambio empieza y termina con la acción.
    2. Lo importante es la acción de acuerdo a los valores pesonales.
    3. Las emociones no hay que cambiarlas. Están ahí. Vive con ellas.
    4. La alta o la baja autoestima no son variables que tengamos que controlar.

    Una recomendación de libro (seguro que lo conoces, pero por si acaso). Es una divulgación de ideas de la ACT (Acceptance and Commitment Therapy):
    ‘La trampa de la felicidad’ de Russ Harris.
    http://www.amazon.es/La-trampa-felicidad-sufrir-comienza/dp/8408093940/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1362389313&sr=8-1
    En este libro aparece una metáfora sobre la mente y las emociones positivas-negativas de origen budista que a mí me fascina: el campo de batalla de tu mente.
    Escribí un pequeño artículo sobre él: http://homominimus.com/2011/01/14/campo-de-batalla-de-tu-mente/

    Salud.

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  8. Homo Minimus marzo 4, 2013

    No me gusta mucho que me moderen, la verdad. ¿De verdad es necesario que los comentarios pasen por una censura previa?
    Podemos discutir la censura a posteriori, pero la previa…

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  9. Mònica marzo 6, 2013

    Me ha gustado el concepto de acercarse lo más posible a la realidad.

    Lo que me da miedo es que si dejo de repetirme positivismos absurdos, los mensajes negativos se apoderen de todo mi ser. Tendré que tomar consciencia de todo ello.

    Gracias por tu dedicación Marina.

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  10. magic noviembre 1, 2014

    Hola. Me ha encantado tu blog, he leído varias entradas y es autoayuda realista, además estoy deacuerdo en muchas cosas contigo y me he reído con algunas de tus entradas, enhorabuena.

    Yo creo que cuando se habla de autoestima se refieren siempre al grado en que tú te estimas, cómo te consideras y cómo te valoras. Sólo por estar vivo en este mundo ya significa que algo de autoestima tienes que tener. Tenerla alta siempre es preferible a tenerla baja. Hay gente que no se valora nada, y no es por acaparar la atención de los demás, ellos lo sienten así por dentro. El objetivo no es tenerla alta sino ser realista y equilibrado, no exagerar lo malo. Si un spicólogo me dijese que hay que tenerla alta a toda costa para mejorar dudaría de su profesionalidad…
    Tienes razón en que hay que centrarse en la acción y cumplir objetivos pero pararse a analizar está bien para rectificar o ver que hay de malo con nosotros.

    También depende de las circunstancias, si tienes una familia que te insulta desde que eras pequeño, si en el exterior también te dicen que no vales para nada, etc, a la larga se crean pautas de comportamiento en torno a eso porque puedes acabar creyéndotelo tú mismo. De hecho la mayoría de personas con baja autoestima cumplen este perfil de un modo y utro.

    Aunque escribieses esta entrada hace casi 2 años, me gustaría saber qué opinas sobre los «consejos» que se suelen dar popularmente a las mujeres para subir el autoestima, desde los medios de comunicación hasta las personas en general, que suelen ser «siéntete guapa» «ponte guapa» antes que otras cosas más importantes como «haz deporte» «come sano pero sin obseionarte» «estudia y trabaja» cosas así.
    Las revistas para mujeres son la mayor mierda que existe para la autoestima, a mi juicio, y darle prioridad al aspecto creo que incluso baja el autestima, el aspecto debería ser un complemento más, no algo principal.
    Me gustaría qeu esribieras sobre eso y las cirugías estéticas y el lavado de cerebro que hay con la belleza física.

    Muchas gracias y un saludo

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  11. Ignacio noviembre 21, 2014

    Ya se que es un poco tarde(el articulo se publicó hace tiempo), acabo de leerlo, pero la verdad es que desde que me encuentro mal hace ya algunos años, he estado intentando cambiar mi autoestima o mi pensamiento sobre mi y me ha llevado mucho esfuerzo mental y me da miedo decirlo pero es verdad que me dan miedo mis pensamientos y que se mantengan y pensar que soy mala persona por tenerlos. Creo q la reflexion me ayuda.

    Responder
  12. Daniela enero 12, 2015

    Hola a todos. Lindo post y lo necesitaba. Es un área en el que tengo que trabajar, así me hago menos drama 🙂

    Responder
  13. Leyre febrero 6, 2015

    Buenos días. Por la fecha de los últimos comentarios creo que no llegarás a leer este comentario o que lo harás dentro de bastante tiempo, pero… aquí va.

    Creo que en este tema puede haber muchas contradicciones ya que, por un lado nuestra opinión y lo que somos es lo que debemos aceptar en su totalidad, sin embargo queremos que los demás nos quieran tanto como nosotros mismos.

    Realmente creo que la autoestima es una palabra inútil, como tantísimas otras. Sin embargo estamos extremadamente condicionados por nuestro entorno, y quieras o no las etiquetas existen y seguirán haciéndolo, porque… ¿para qué íbamos a salir guapos a la calle, ni a actuar como personas honradas? es decir, debería ser algo que saliese de nosotros no que tengamos que «meditar hacer».

    No sé si lo has hecho a propósito, pero en tu escrito he visto las dos posturas: «sé tu mismo» y «haz ver a los demás que eres genial». Sin embargo esto no tiene por que ser una implicación directa.

    De modo que creo que pese a ser una palabra estúpida, existe y está presente.
    Por tanto creo que no hay que deshacerse del autoestima, sino simplemente saber que todos somos un poco de todo y que cada uno potencia lo que el decide potenciar, lo que le resulta más fácil potenciar o lo que el exterior le pide que potencie para ser aceptado y querido. Simplemente debe ser consciente de lo que potencia y los motivos, y por supuesto estar satisfecho con ello.

    Sólo añadir que me gusta el enfoque que das a la mayoría de tus escritos 🙂
    Un saludo.

    Responder

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