Las cosas claras: NO necesitas otra
newsletter aburrida que borrarás sin abrir.
¿Qué necesitas en realidad?
A los diez años, me escribía con mi amiga por correo Marta Arcas.
Habíamos sido compañeras de colegio hasta que me mudé de ciudad.
Cuando esperaba carta suya, iba cada día al buzón con ilusión, sacaba la correspondencia y revisaba los sobres uno por uno, esperando encontrar su letra redonda y sus «besos al cartero».
Si había carta, me iba a mi habitación, la sacaba y la leía despacio, intentando saborearla.
Por desgracia, el correo ahora es una carga.
Es una tarea más de la que ocuparse, a menudo larga y tediosa.
Recibes decenas de mails al día de desconocidos reclamando tu atención y tu tiempo.
Repito: no necesitas otra newsletter aburrida que borrarás sin abrir.
Igual no es la mía, pero igual sí.
Y si así fuera… ¿te imaginas?
¿Que cada día, TODOS LOS DÍAS, de lunes a domingo, en navidad y en tu cumpleaños, recibieras un mail que te apetece leer?
Estaría bien, ¿no? Llegan las siete, aparece el mail, lo lees. Unos días te ríes. Otros días piensas. Otros te enfadas.
Lo más importante es que no te aburres.
Si te atrae la idea, puedes probar aquí:
Si no ves claro lo de suscribirte, igual te convence leer los correos que recibí un día que pregunté a mis suscriptores qué pensaban de la newsletter.
Para unirte a las miles de personas que disfrutan cada día de mis correos, apúntate en el formulario de abajo.
Es gratis y si después de unos días te hartas, te borras y tan amigos.
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