Mi psicoespidifén
Esta tarde, cuando Pablo se ha marchado porque tenía que trabajar, me he quedado muy triste: gimoteaba tirada en la cama y tenía pensamientos muy sensatos, tipo: «pues el amor es una mierda, porque cuando amas también te expones al dolor de la pérdida, y no compensa entregar tu corazón para arriesgarte a lo efímero