Cómo profundizar en tus relaciones sociales

Cómo profundizar en tus relaciones sociales

Este artículo es una colaboración de Pau Navarro, de Habilidad Social.

Cuando Marina me invitó a escribir sobre cómo profundizar en nuestras relaciones para convertirlas en algo más constructivo, lo primero que hice fue reflexionar sobre las mías.

Siempre recordaré el discurso de presentación que hice en mi grupo de oratoria. Durante 6 minutos tuve que hablar de mis pasiones y mis miedos delante de dos decenas de personas que justo acababa de conocer.

Después de mi discurso se me acercaron varios asistentes. Muchos habían descubierto que tenían una motivación en común conmigo, o les había interesado algo que había dicho y querían ver si podíamos colaborar de alguna forma.

Ese día disfruté de algunas de las conversaciones más interesantes que he tenido jamás. Entonces comprendí que en 6 minutos había conectado con ellos mucho más que tras innumerables tardes de charlas insustanciales con mis amigos.

Quizás a ti te esté ocurriendo lo mismo.

Todos hablamos de lo mismo

A lo mejor tienes algunas amistades con las que puedes hablar de temas más profundos, pero como no es habitual darles discursos de presentación, con la mayoría te quedas en la superficie.

Relaciones superficiales

Deja que lo adivine: vuestras conversaciones se limitan a comentar la actualidad política, curiosidades de los programas de televisión o la patada de Rossi a Márquez en el último gran premio.

Vivir en la era de Facebook y YouTube tampoco ayuda. Estamos constantemente expuestos a estímulos como vídeos de gatitos o de bromas pesadas. Y uno al final termina hablando de lo que le estimula, aunque suponga una pérdida de tiempo.

Pero no todo es malo. Este tipo de conversaciones tienen su función, por mucho que haya gente que no las soporte. Porque, al fin y al cabo, sirven para estrechar relaciones, aunque sea comentando el último baile de moda en Corea.

Y las relaciones quizás sean lo más importante en tu vida.

El secreto de la felicidad (de verdad)

La ciencia ha encontrado lo que diferencia el 10% de la población más feliz respecto a todo el resto. Y no es tener el trabajo de tus sueños, una salud de hierro, haber contribuido al bienestar de la humanidad o ser la persona más altruista de la tierra.

Es la fortaleza de tus relaciones sociales.

El Proyecto Longevidad estudió la vida de 268 personas ¡durante 75 años! ¿Y sabes cuáles fueron sus conclusiones?

Pues que lo único que realmente importa en la vida es la calidad de tus relaciones con los demás.

La gente con mejores relaciones sociales, además de ser más feliz, vive más años y enferma menos. Está demostrado que tener pocos amigos es más peligroso que la obesidad y equivale al riesgo de fumar 15 cigarrillos al día.

Sin embargo, cada vez tenemos peores relaciones sociales:

  • En 1985 la mayoría de la gente consideraba que tenía 3 amigos íntimos de los que podía hablar de cualquier cosa.
  • En 2004 la mayoría opinó que no tenía ninguno, tal y como explica el Dr. Lieberman en su libro Social.

Tener verdaderos amigos y ser capaz de hablar de temas más personales es quizás uno de los aspectos más importantes de tu vida. En ellos te puedes refugiar en épocas de crisis y desdicha. Aunque todos sabemos que conseguirlo no es tan fácil.

La buena noticia es que es posible. Y en este artículo voy a enseñarte el camino para conectar con los demás y convertir vuestras interacciones en algo mucho más significativo.

Pero antes, un par de consideraciones previas.

¿Qué es lo que pretendes realmente?

Si la mayoría de conversaciones a tu alrededor te parecen inútiles, quizás el problema no esté en los temas, sino en las personas.

O incluso en ti.

Si realmente quieres que la gente te aporte un punto de vista constructivo, ¿no sería suficiente con pedirlo? ¿Qué te lo impide?

Cuando no lo haces y además consideras que las conversaciones son demasiado superficiales, plantéate si es que en realidad no quieres escuchar lo que los demás tienen que decir.

Escuchar

Quizás sólo quieres que escuchen lo que tú tienes que decir.

¿Has elegido bien a tus amigos?

Permíteme recordarte también que no todos somos iguales. Sé que lo sabes, ¡pero es que a veces se nos olvida!

Habrá quien se sienta cómodo tan sólo riendo con sus amigos porque es su forma de relajarse y no querrá que le vengas con grandes discursos filosóficos.

Por ejemplo: a mí no me gusta nada la política, y difícilmente nadie podrá tener una conversación profunda conmigo sobre ese tema. Entonces no tendría sentido que alguien pensara que es culpa suya no poder hablar de esto conmigo, ¿no crees?

Quizás entonces el problema no esté ni en ti ni en las conversaciones, sino en las personas. Hablar de ciertos temas a lo mejor implica encontrar otro círculo social que comparta tus mismas inquietudes, y no intentar imponerlas a tus amigos.

No tengas miedo de renunciar a algunas amistades para encontrar otras más afines. Como ya sabes, de eso va a depender gran parte de tu felicidad.

No persigas personas. Persigue pasiones.

Dicho esto, veamos qué puedes hacer para convertir tus relaciones sociales en algo menos superficial.

Cómo profundizar en tus relaciones sociales

Sería absurdo que te diera un listado de preguntas o respuestas para que las memorizaras y las fueras soltando sin ton ni son en tus conversaciones. Eso sería como regalarte un pincel sin que supieras pintar.

Por eso, aunque algunos pasos te sorprendan, lo que vas a aprender a continuación es cómo usar a tu favor los mecanismos psicológicos que nos permiten conectar con los demás.

1. Conviértelo en una prioridad

Piénsalo bien. ¿Cada cuánto quedas con tus amigos? ¿Solo os reunís por motivos concretos como celebrar un cumpleaños o salir de copas?

En esas situaciones es difícil que surjan conversaciones profundas. Por lo tanto debes buscar la oportunidad para ello.

Y debes convertirlo en una prioridad. Si tu excusa para no hacerlo es que no tienes tiempo, búscate otra. Nunca hay falta de tiempo, sólo hay falta de interés.

Prioridad

Varios investigadores consideran que el motivo principal por el que no creas lazos más intensos es por tu falta de compromiso para encontrar el tiempo para hacerlo. Nada más. Pasar tiempo con alguien es la mayor señal de que le valoras.

Incluso hay estudios que indican que para mantener una amistad más personal lo ideal es establecer contacto por lo menos una vez cada 15 días.

Consejo práctico nº1: Cada dos semanas escribe o llama a alguno de tus amigos sin motivo aparente, sólo para quedar y poneros al día. Estarás construyendo las bases de una relación mucho más profunda.

2. Demuéstrales tu apoyo

Algo que los amigos hacemos a menudo es picarnos entre nosotros. Sí, son pequeñas bromas (algunas muy graciosas) pero cuando lo único que se reconoce es lo negativo, estamos poniendo trabas a que la gente quiera abrirse con nosotros.

¿Por qué lo hacemos entonces?

El culpable es el efecto Schadenfreude. Recordar delante de nuestros amigos el ridículo que hizo uno de ellos cuando se le rompieron los pantalones en su boda nos hace sentir momentáneamente mejor.

Cuanto más cercano y similar a nosotros nos parezca alguien, más nos reconfortan su desgracias. Es cruel, pero forma parte de la naturaleza humana. Nos comparamos con los demás y creemos que sus fracasos nos benefician de algún modo.

Así que no te quedes sólo en eso. Demuéstrales que también les admiras y sentirán que pueden confiar más en ti.

Un simple cumplido a un amigo puede tener tanta fuerza como darle dinero en metálico, e incluso se ha demostrado que al alegramos de sus logros haremos que se sientan más comprendidos y estimados.

Esto fortalece la relación y la prepara para intercambios de ideas más profundos.

También es importante que apoyes la imagen que tienen de ellos mismos y les hagas sentir bien con sus logros. En un estudio se comprobó que esto es lo más importante para convertir un amigo en un mejor amigo con el que puedes compartirlo todo.

Consejo práctico nº2: No explotes solo los momentos graciosos de tus amigos. Demuéstrales que tienen cualidades que admiras y consigue que revivan sus buenos momentos contigo.

3. Interésate y deja de hacerte el interesante

Antes de empezar a profundizar en ciertos temas debes asegurarte de que has creado una mínima conexión o todos tus intentos fracasarán.

Para conseguirlo, lo primero es interesarte por tu interlocutor. Porque la mejor forma de mejorar una relación es, simplemente, escuchando.

Incluso hay un estudio americano que concluye que el 46% de la gente que deja un trabajo lo hace porque no se siente escuchada.

Para dominar el arte de interesarte por los demás, deja de pensar que las conversaciones son partidos de tenis. No tienes que devolver la pelota. Es mejor imaginarte que eres un detective con el objetivo es encontrar algo sorprendente en tu interlocutor.

¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Que cuando empiezas a interesarte por los demás, ellos también querrán saber más sobre ti.

El hábito de escuchar de verdad sin esperar tu turno para hablar es poco habitual. Pero la gente que lo hace puede conectar con quien quiera.

Consejo práctico nº3: No intentes impresionar en tus conversaciones. Si quieres crear mayor conexión tan sólo tienes que interesarte por ellos.

4. Encuentra vínculos emocionales

La siguiente clave de la conexión es encontrar un vínculo.

Aunque lo ideal es que compartáis cuanto más puntos en común mejor, existen unos más poderosos que otros: los lazos emocionales.

Si durante la conversación te interesas por tu interlocutor llegará un momento en que una de tus preguntas hará clic y logrará conectar con una de sus pasiones. Entonces verás que empieza a hablar con mayor entusiasmo e intensidad.

Cuando termine, puedes intentar vincularte con este tema. Si por ejemplo estaba hablando de su pasión por el paracaidismo y a ti también te gusta, ya tenéis un interés en común. Vuestra conversación empezará a fluir sin dificultad.

Vínculo

¿Pero qué ocurre si a ti te aterra el paracaidismo? ¿Ya no puedes vincularte?

Si eso fuera así sólo existiría una pequeña fracción de la humanidad con la que pudieras conectar. En estos casos no te vincules por el interés, sino por la emoción.

Observa un poco más allá de lo que te está diciendo. Vale, le gusta el paracaidismo. ¿Pero por qué? ¿Qué le hace sentir? ¿Qué valores se esconden detrás?

Quizás le haga sentir vivo, y tú puedas vincularte con esa emoción a través de otra actividad que a ti te hace sentir vivo también. Para eso podrías comentar que tú sientes lo mismo yendo a un concierto de rock, por ejemplo.

Intenta no quedarte sólo en sus opiniones y comentarios. Porque la lógica detrás de ellas son las emociones.

Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que uno de los temas capaces de crear mayor conexión son los viajes, porque todos nos identificamos con los valores y emociones que hay detrás de viajar: libertad, experimentar lo nuevo y aprender.

Una vez hayáis establecido un vínculo emocional, puedes pasar al siguiente punto.

Consejo práctico nº4: Encuentra puntos en común con tu interlocutor para fortalecer vuestra conexión. Idealmente que compartan las mismas emociones y valores.

5. Utiliza la vulnerabilidad.

Aunque al principio te va a costar, esta quizás sea la conducta que más te ayudará a profundizar en tus relaciones.

Se trata de revelar alguna información personal que te haga vulnerable.

A menudo, el vínculo más fuerte entre dos personas es la confianza que se crea después que uno o ambos hayan compartido algo sobre sus miedos, defectos o inseguridades.

Para muchos esto es algo sin sentido. Creen que mostrando sus debilidades la gente se aprovechará de ellos o los rechazarán. Y por eso no son capaces de conectar.

Pero si te fijas bien, probablemente los lazos más poderosos los hayas creado con gente que conoce algunos aspectos privados de tu vida. Dándoles ese espacio les ayudarás a que te vean como alguien más humano y con quien pueden conectar.

No hace falta que empieces destapando tu secreto más íntimo. Empieza por algo un poco más personal de lo que normalmente dirías, por ejemplo comentando un problema en el trabajo, y observa cómo responde el otro. Normalmente te devolverá la confianza empatizando contigo y revelando algo personal sobre él.

Si quieres profundizar en el poder de la vulnerabilidad, te dejo con esta reveladora charla de Brené Brown.

Consejo práctico nº5: Si quieres conectar más profundamente con alguien, permítele que conozca tu yo real, aunque eso signifique salir un poco de tu zona de confort.

6. Eleva el nivel de la conversación

La mayoría de conversaciones tiene una progresión natural, como si se tratase de una relación. Pero a veces algunas se quedan estancadas en trivialidades.

¿Qué puedes hacer en este caso?

Hay una jerarquía de vulnerabilidad en nuestras interacciones que te permitirá crear las conexiones para tratar temas de mayor calado emocional.

La progresión es la siguiente:

  • Fase fática: son expresiones sin contenido emocional: “¿Qué tal?”
  • Fase basada en hechos: compartes información (quizás personal) pero no hay emociones u opiniones vinculadas: “Ayer terminé mis estudios”
  • Fase de evaluación: aquí expresas opiniones, pero no creencias: “La graduación fue muy emocionante”
  • Fase emocional: la cosa empieza a ponerse interesante. Mientras los anteriores tipos de comunicación están basados en juicios, ésta se basa en emociones. Aquí es donde demuestras tu vulnerabilidad: “Me entristeció que no vinieras”
  • Fase máxima: el nivel emocionalmente más vulnerable. Compartes sentimientos profundos que revelan muchísimo de ti, por lo que no puedes estar seguro de cómo responderán los demás. “Creo que en el fondo tengo mucho miedo de perderte”

Los autores del libro Click argumentan que puedes profundizar en tus relaciones simplemente elevando tu lenguaje de la fase fática a la máxima.

Yo añadiría que dominar la comunicación emocional es clave. Los humanos estamos programados para empatizar con las emociones, así que comunícate de forma subjetiva (me siento…, me parece…) y expresa tus emociones.

Consejo práctico nº6: Utiliza la comunicación emocional en su máximo exponente. Habla de tus sentimientos para conectar con los demás.

7. Pide su opinión y consejo

Hasta ahora has visto cómo conectar con la gente, la importancia de mostrar tus vulnerabilidades y la mejor forma de comunicarte para profundizar en tus relaciones.

¿Pero cómo sacas a la luz un tema del que quieres hablar?

Es muy fácil. Pide consejo.

Generic 1960s pic of a father and son scene.

Pedir consejo es una forma extraordinariamente efectiva de lograr que la gente se implique en un tema y también desee conocer tu punto de vista. Se ha demostrado científicamente que al pedir su punto de vista logramos que se pongan en nuestra piel y vean el mundo desde nuestros ojos.

Es tan sencillo como preguntar “¿Qué opinas del papel de las relaciones sociales en nuestra vida?” en lugar de “¿Te apetece hablar sobre relaciones sociales?”

Y lo mejor es que luego querrá conocer tu opinión.

Empieza por el tema que quieras, porque poco a poco podrás ir profundizando. La mayoría de nosotros nos consideramos más o menos expertos en un área y acostumbramos a relacionarla con todo.

Por ejemplo, si le preguntas a alguien por deportes y te das cuenta que utiliza muchas metáforas relacionadas con la cocina, probablemente signifique que el tema culinario le apasiona. Entonces te resultará muy fácil reconducir el tema.

Consejo práctico nº7: Cuando quieras profundizar sobre un tema en una conversación, hazlo pidiendo la opinión de tu interlocutor. Cuanta más conexión tengas con él, más enriquecedor puede ser el debate.

Conclusiones

Profundizar en tus relaciones para que sean más enriquecedoras en el fondo solo requiere dedicación y tiempo. El problema es que a menudo nos quedamos esperando a que surja de los demás.

Si estás dispuesto a intentarlo, el proceso puede resumirse en los siguientes pasos. Valora en qué aspectos lo estás haciendo bien y en cuáles puedes mejorar:

  1. Conviértelo en una prioridad y encuentra tiempo para tus amigos
  2. Demuéstrales tu aprecio y apoyo para que confíen
  3. Interésate más por ellos y deja de hablar tanto de ti
  4. Establece vínculos más emocionales
  5. Muéstrate vulnerable para abrir el camino a temas complicados
  6. Eleva el nivel de la conversación con la comunicación emocional
  7. Para iniciar un tema, lo mejor es pedir consejo

Finalmente, recuerda que no estás obligado a limitarte a los amigos que tienes ahora. Y abrirte a conocer más gente no significa excluirlos. Quizás encuentres personas con las que compartas otros intereses y te resulte más fácil crear conversaciones productivas.

En cualquier caso dedica más tiempo a cultivar tus amistades. Son lo que realmente nos hace felices.

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¡Espero que te gusten!

Un abrazo,

Pau

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39 comentarios
39 comentarios
  1. Miriam noviembre 5, 2015

    Me ha encantado el artículo! He leído en un montón de sitios a cerca de habilidades sociales, de como.conocer gente nueva etc… Peroartículocierto que apenas hay información al respecto de esto.

    Estoy completamente de acuerdo en la importancia de las relaciones sociales más profundas y consicero que es algo de lo que nos deberían hablar más a menudo.
    Yo por suerte tengo 4 personas con las que puedo mantener ese tipo de conversaciones y me siento muy afortunada por ello.

    Excelente articulo y un abrazo a los dos 😉

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    • Pau Navarro noviembre 7, 2015

      Gracias Miriam, eres muy afortunada de tener 4 personas con esa conexión, ¡superas en mucho la media! 🙂

      ¡Un abrazo!

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  2. Syl GB noviembre 5, 2015

    Me ha encantado el artículo!! La verdad que si es cierto que hoy en día, cada vez más, la sociedad se está individualizando.. Cada vez es más habitual ver en una misma mesa diferentes personas ocupadas mirando el móvil que centrándose en las personas que tienen delante! Del artículo hay cosas que sin saber o haberme dado cuenta ya las estaba poniendo en práctica y me he sentido identificada.. Me gusta interesarme por mis amistades, la gente..y saber qué opinan, qué se «les pasa por la mente», etc..conocerles mejor! Gracias x el artículo!!
    Me encanta tu blog!! Tiene contenido que vale la pena!
    Saludos

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    • Pau Navarro noviembre 7, 2015

      Cierto Syl, las redes sociales no ayudan precisamente a profundizar en nuestras relaciones, y aunque se está estudiando sus implicaciones a largo plazo todavía es pronto para valorar su impacto real.

      En mi opinión pueden cumplir una función e incluso ayudar a aquella gente que de otra forma no tendría nadie con quien socializar, aunque abusar siempre es malo.

      ¡Un abrazo!

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  3. Marina noviembre 5, 2015

    Yo también quiero poner mi granito de arena 🙂 Para mí es un reto poner en marcha todos estos pasos de forma intencional, y me suelo quedar atascada en el primero (hacer tiempo para mis amigos) porque me lío un montón con el trabajo y las actividades del día a día. Y es cierto que con la edad cada vez es más difícil hacer nuevos amigos y profundizar, y que si no te espabilar es fácil sentirse desconectado. Así que tu artículo me ha ayudado mucho personalmente y se lo voy a reenviar a muchos de mis clientes (hoy ya se lo he mandado a una!).

    Un fuerte abrazo!

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    • Pau Navarro noviembre 7, 2015

      Totalmente de acuerdo contigo Marina. El paso más importante y el culpable mayoritario de que no consigamos conectar más con nuestros amigos o hacer nuevas amistades es no dedicarle el tiempo que requiere.

      Series, películas, Youtube, Netflix, la playstation… Hoy en día tenemos cientos de alternativas para entretenernos. Antes nuestros abuelos se pasaban las tardes enteras en el bar. La verdad es que está complicado a no ser que hagamos un esfuerzo muy consciente.

      Un abrazo 🙂

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  4. Caro chan noviembre 5, 2015

    Estoy con Marina, no sé como lo hago, pero ahora que no trabajo y que «debería» tener más tiempo que nunca no hay manera. No veo el momento de hacer hueco para mis amigos, y la única que realmente sale perdiendo soy yo. Estoy en una fase de aislamiento en el que me atacan momentos de soledad, que intento disipar incluyendo aún más actividades para mi propio estrés.

    Ayuudddaaaaaaa!!!

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    • Pau Navarro noviembre 7, 2015

      Ánimo Caro. El hueco lo tienes seguro, es cuestión de posponer otras gratificaciones inmediatas para pensar un poco más a largo plazo. Es complicado y requiere fuerza de voluntad (a mí también me cuesta) pero también es posible convertirlo en un hábito.

      Tengo amigos que lo hacen semanalmente o que de vez en cuando te dejan caer un mensaje interesándose por ti. Y no te imaginas lo bien que sienta 🙂

      Abrazos miles,

      Pau

      Responder
  5. Matias noviembre 5, 2015

    Buenas tardes. Antes que nada queria hacer una pequeña acalración que el «Consejo práctico nº6» en realidad está como «nº6» jeje.
    Te leo desde Brasil y soy uruguayo. Tu blog me hacer repensar muchas cosas y aprender muchas más. Te felicito por tu gran trabajo y pasión.
    Besos y abrazos

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    • Pau Navarro noviembre 7, 2015

      Cierto Matías, pone 5 donde debería poner 6, se me ha colado 😉 ¡Gracias por la aclaración!

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  6. Rosana noviembre 5, 2015

    Muy buen artículo. Sin embargo me quedo con algunas preguntas, porque justamente estoy pensando en esto últimamente. ¿Qué pasa si tienes un problema de apego que te impide conectar? Mi experiencia es que te paraliza un miedo irracional cuando estás empezando a abrirte y que te conecta con un dolor extremo que en un momento pasado hizo que intentaras adaptarte con maneras de apego que te salvaron la vida pero que ahora te hacen sufrir mucho.

    Personalmente, tengo una buena capacidad de conectar con la gente y soy bastante sociable, pero el terror no me lo quita nadie en ciertas circunstancias. Además, la tendencia es que tiendes a conectar (al menos en mi experiencia en el plano sentimental) con gente que también tiene problemas de apego y que complementa, para mal, el tuyo. De esta forma el desastre está servido y eso sólo sirve para reforzar tu dolor. Por otro lado, he experimentado una incomprensión muy grande por parte de aquellos que sí tienen un apego normal. Desde lo racional entiendo que no lo entiendan, porque efectivamente no tiene sentido, pero no es desde la racionalidad que los miedos funcionan.

    Mi lucha actual está justamente en poder conectar con gente con apego seguro y que puedan entender el miedo paralizante que sufro a veces, en lugar de que me hagan sentir peor, le quiten hierro a mi miedo o simplemente me aparten por «tarada».

    Agradecería un poco de luz. 🙂 Gracias de antemano.

    Responder
    • Pau Navarro noviembre 7, 2015

      Hola Rosana, gracias por compartir tu experiencia 🙂

      Si lo he entendido bien crees que tu problema está en que no te apegas a la gente por miedo, ¿cierto?

      Si ése es el caso creo que hay dos vías paralelas. La primera está en evitar que esos miedos te condicionen tanto. Como bien dices son irracionales, pero existen estrategias (en algunas de ellas Marina es una auténtica experta) no para eliminar los miedos, sino para actuar a pesar de ellos.

      Mi caso es totalmente distinto, pero aprendiendo a aceptar mis emociones y dándoles espacio en lugar de intentar eliminarlas (que es lo que hace todo el mundo) he progresado mucho para hablar en público y actuar de forma más racional en circunsantancias complicadas.

      La segunda vía es la de conseguir que los demás empatizen con tu situación.

      A menudo creemos que debemos guardarnos nuestros problemas y no mostrarlos porque entonces el otro saldrá huyendo aterrorizado. Pero a veces es suficiente con cambiar la forma cómo contamos nuestro problema. Si directamente vamos a las consecuencias no conseguiremos que el otro se ponga en nuestro lugar.

      Pero si explicamos nuestra historia desde el principio, las emociones que sentimos, y por qué creemos que actuamos de la forma en que actuamos, te aseguro que será difícil que la otra persona no se ponga en nuestra piel y nos entienda. Y eso deberíamos hacerlo antes de que sea tarde.

      Es más fácil decirlo que hacerlo, pero cuando los demás entienden la razón que hay detrás de nuestros actos, dejarán de tratarnos de tarados o de quitarle importancia.

      Muchos ánimos.

      Pau

      Responder
      • Rosana noviembre 7, 2015

        No, más bien, no tengo una estrategia de apego adaptativa (en términos psicológicos tengo tendencia al apego desorganizado, es decir unas veces me apego demasiado, otras evito y otras tengo un apego sano) como consecuencia de un trauma inicial y que cada vez que se me despiertan sentimientos de apego, mi cuerpo entra en pánico. No es un miedo normal, a esos me los meriendo. Es un miedo que te paraliza, igual que si tuvieras a un león a punto de atacarte. Ahí la parte racional del cerebro se apaga y tiras de programas aprendidos. Por lo que he leído es bastante jodido «arreglar» esto. Mi estrategia de tirar millas a pesar del miedo sólo me ha provocado problemas, algunos podrían haber sido muy graves, porque si ignoras el miedo al final no podrás utilizarlo cuando es útil y cuando alejarse sí es la solución.

        Tienes razón en lo que dices al final de explicar lo que te pasa…lo malo es que esto no lo logras hasta que pasa mucho tiempo (en mi caso hace bien poco y aún voy reuniendo piezas del puzle), así que ha sido difícil, sino imposible explicar porque soy una persona normal, pero en ciertas ocasiones siento que se me cae la sangre al suelo y me dan ganas de llorar de puro miedo. El problema que me estoy encontrando desde que lo sé, es que exponer una problemática tan cruda, acojona a la gente. Estoy perdiendo gente a mansalva, algunos de ellos para nada son personas insensibles o que no puedan entender. Simplemente piensan que lidiar con alguien así no compensa, dejándome una sensación de desamparo brutal y pensar….vale, pues supongo que será mala suerte. Me ha tocado la china y a pesar de saberme normal y que es una circunstancia que no define lo que soy, pues es lo que hay. El problema con esto es que realmente estoy perdiendo mi incombustible fe en la humanidad y en la buena fe de la gente. Igual es un duelo que tengo que hacer (el aceptar que la vida es injusta, mi inocencia happy happy perdida, o que al final, y como tanto temía, estoy en esto sola).

        Gracias por la respuesta Pau. 🙂

        Responder
        • Pau Navarro noviembre 10, 2015

          Hola Rosana, no soy experto en este tema pero entiendo que no debe ser nada fácil. Mi única recomendación, por la experiencia que tengo y que he visto en otros, es que valores la terapia de aceptación y compromiso porque realmente ha demostrado resultados muy buenos.

          Imagino que constantemente te estarán diciendo «prueba esto» y «prueba lo otro», pero creo que al final debes elegir un camino que haya demostrado su eficacia e intentarlo hasta el final. No puedo pensar en que haya muchas otras soluciones.

          También me gustaría aconsejarte el libro Autocontrol (creo que en castellano se tradujo así) de Kelly McGonigal, sobretodo por lo que comentas de que tu miedo te paraliza y se te apaga la parte racional. Encontrarás bastante ciencia, pero ofrece muchísimos aspectos prácticos para precisamente evitar que la parte irracional tome el control.

          Creo que con eso y la ACT podrías mejorar, aunque al final todo es cuestión de perseverancia. Lo único que puedo decirte es que he visto cambios increíbles en gente que se quedaba paralizada (literalmente, no se podía mover) a base de trabajo, sufrimiento y constancia.

          Muchísimos ánimos,

          Pau

          Responder
          • Rosana noviembre 17, 2015

            Hola Pau, muchas gracis por tus palabras. Estoy trabajando con una experta en trauma que trabaja las respuestas físicas del cuerpo a dicho trauma, para intentar recablear así el sistema y que no salte ante situaciones que no son peligrosas (para hacerte una día, se puede pensar en cómo responde la gente con estrés post-traumático). Mi experiencia es que trabajando eso desde el intelecto, te quedas en la superficie. No creo que sea una persona que no acepta cosas o que no lucha por lo que creo importante. Lo he luchado a muerte y me he agotado físicamente. Es puramente físico y esto causa otros problemas a nivel físico también y emocional. Está todo relacionado.

            Por supuesto, todo lo que suponga terapia ACT (estoy trabajando en el libro de Russ Harris, la trampa de la felicidad, a raíz de ver una recomendación del libro de Marina. Es muy bueno, y sobre todo lo de los valores lo estoy trabajando a hierro porque me doy cuenta, de que debido al problema que comento me he ido alejando más y más de lo que para mí es importante).

            He dado tumbos, porque me doy cuenta de que mucha gente ni siquiera se hace una idea del problema, y con ello también psicólogos, por desgracia, pero gracias a un mucho de suerte (Marina me recomendó esta psicóloga) y mi inconformismo y trabajo buscando respuestas (soy bioquímica y me he dejado los ojos buscando por internet) ahora tengo una idea clara, precisa del problema y encima tengo a alguien que asegura que es posible resetear. Fantástico! 🙂

          • Marina noviembre 17, 2015

            Me pone muy contenta saber que te está yendo bien con la psicóloga y con el libro, Rosana 🙂 Abrazos.

  7. Jesús noviembre 5, 2015

    Hola Pau y Marina!!

    Para qué decirte que el artículo es buenísimo, si ya lo sabes. Va, es buenísimo!! 🙂

    Hay un punto que me gusta especialmente y que no puedo dejar de relacionarlo con una de las enseñanzas de Eckhart Tolle en «El Poder del Ahora»: cuando estás interaccionando con otra persona, mantente totalmente presente en la conversación. Mientras te habla, no pienses en la respuesta que quieres darle. Deja que fluya.

    Personalmente, si me descubro pensando una respuesta (para impresionar con consejos… etc…) paro y digo: escucha a quién te habla, deja de escucharte tú.

    Muchas gracias. Un fuerte abrazo!!!

    Responder
    • Pau Navarro noviembre 7, 2015

      ¡Exacto Jesús! Es difícil estar totalmente presente en lo que nos están diciendo, incluso para entender lo que hay más allá de las palabras, pero es uno de los elementos indispensables de la conexión entre personas.

      A mí todavía me cuesta un poco pero cada vez voy mejorando más. Dejar la mente vacía de preocupaciones y dedicarse a escuchar, aunque a veces me he encontrado con gente que ha cogido carrerilla y no había forma de que terminara 😉

      ¡Un abrazo!

      Responder
  8. Lisa noviembre 5, 2015

    Este artículo no refleja la realidad. O no toda.

    Hay gente que está sola precisamente porque tiene inquietudes, busca cierto nivel de madurez y es capaz de ofrecer apoyo, cariño y conversaciones variadas. Pero yo veo que la gente es más proclive al sexo casual, el critiqueo en grupo sobre conocidos o la fiesta loca. Para muestra, toda esa gente en busca de una pareja estable y que sólo se encuentra con ofertas para ser «follaamigos». O todas aquellas personas que se dedican a sus amigos hasta que ven que sólo tienen interés en salir a emborracharse y no en ver una película, practicar algún deporte o charlar.

    No me gusta que las cosas se traten de una manera tan simple y lo veo muy común en temas de psicología, nunca se quiere reconocer que la sociedad es la que es.

    Responder
    • Pau Navarro noviembre 7, 2015

      Gracias por el comentario Lisa, todos los puntos de vista son muy enriquecedores.

      Opino que hablar de “realidades” es peligroso. Tu experiencia no tiene por qué ser la de todo el mundo, por muy evidente que parezca. Yo tengo dos grupos que amigos que son todo lo contrario de lo que planteas. No se emborrachan, quedan y hablan de temas serios, van al cine y luego comentan la película durante la cena, y no buscan follaamigos.

      Tampoco creo que la gente que tiene inquietudes esté sola por ese motivo exclusivamente. Habrá de todo y quizás sea imposible que tu entorno social piense en algo más allá que ir de fiesta, pero a no ser que tengamos frenos logísticos nada nos impide buscar otra gente con inquietudes parecidas.

      La sociedad es la que es, pero también existe la tendencia a creer que los problemas son de los demás y no hacer autocrítica. A menudo, cuando nuestros intereses no coinciden con los de los demás, en lugar de ponernos en su piel les culpamos de nuestro problema.

      En este artículo evito hablar de causas sociológicas porque daría para una enciclopedia entera, y me he limitado a compartir lo que las investigaciones psicológicas tienen que decir al respecto de cómo crear mayor conexión con la gente. Lógicamente no es fácil ni la solución definitiva, pero creo que dista mucho de ser simple.

      Lo único que puedo acreditar es que he visto cambios enormes en algunas relaciones cuando uno de los dos ha decidido dedicarle más tiempo y abrirse más. Incluso para decirle al otro que le aprecia como amigo, pero que le gustaría poder hablar de temas más profundos. A veces la honestidad puede ser la mejor arma, porque el otro también puede estar sintiéndose como nosotros.

      ¡Saludos!

      Responder
      • Lisa noviembre 8, 2015

        Hola, Pau: he intentado ofrecer otro punto de vista. Trato de decir que no todo es «sal y relaciónate», porque hay cosas que no dependen de uno mismo.

        Responder
        • Pau Navarro noviembre 10, 2015

          Totalmente de acuerdo Lisa. En esos casos donde nuestro entorno es tan desfavorable creo que lo único que nos queda es intentar cambiarlo, aunque no existan fórmulas infalibles para eso.

          ¡Gracias y un abrazo!

          Responder
          • Lisa abril 1, 2016

            Hola, Pau. Vuelvo a escribir porque sigo sin encontrar respuestas. Algo debe estar pasando con la gente cuando personas normales como yo, que hacen actividades y se relacionan normalmente, siguen solas. Algo debe estar pasando cuando uno se apunta a éste y a otro grupo para hacer algo un fin de semana, durante años, y lo más común es que encuentre a personas cerradas en sus grupos que no desean entablar amistades. Algo no debe ir bien cuando compañeros de trabajo, del gimnasio o de clase de idiomas ni siquiera son capaces de decir hola y adiós. O cuando personas que vamos conociendo nos escriben un whatsapp un día para quedar y luego desaparecen durante semanas sin dignarse a contestar un mensaje, los amigos de siempre hacen su vida y sólo llaman de manera puntual para un café de 1 horita justa cada dos meses. Y cuando las personas de otro sexo a las que se va conociendo juegan constantemente con el «ahora sí, ahora no, ahora estamos saliendo y mañana ni siquiera me acordaré de tu nombre». Es así cómo veo que se comporta la gente, no veo que exista otra cosa ni que la gente busque nada más allá de un contacto interesado y superficial.

      • Lisa noviembre 9, 2015

        Me alegro de que haya gente con amigos tan intereresantes. Menuda suerte.

        Responder
  9. Yolanda noviembre 6, 2015

    Felicidades Pau y Marina!!!

    Que gran regalo que nos acabáis de hacer, grandes consejos y aun más grandes reflexiones.

    Muchas gracias por compartirlas.

    Un fuerte abrazo,

    Yolanda

    Responder
    • Pau Navarro noviembre 7, 2015

      Gracias a ti Yolanda, me alegra que te hayan gustado 🙂

      ¡Un abrazo!

      Responder
  10. Jorge noviembre 8, 2015

    Un gran artículo. Para releer, reflexionar y, sobre todo, poner en práctica.
    Gracias!

    Responder
  11. Jorge noviembre 9, 2015

    Por cierto, sensacional conferencia sobre la vulnerabilidad por parte de René Brown. No la había visto porque mi inglés no es tan bueno como para adaptarse a su velocidad de dicción, pero he descubierto que en la pestaña de los puntos suspensivos (abajo derecha) se pueden poner subtítulos en español.
    Más que recomendable.

    Responder
    • Pau Navarro noviembre 10, 2015

      Gracias Jorge, la conferencia de Brené es genial 🙂 Creo que en esta TED Talk ya puse por defecto los subtítulos en español, aunque en casi todas las principales charlas es posible hacerlo.

      ¡Un abrazo!

      Responder
  12. Josè Igncio Ortiz Silva noviembre 9, 2015

    Magnifico, un gran artículo`nos enseña a diferenciar los mejores y los peores amigos, muy útil para ensaeñarles a nuestros hijos y a nuestros estudiantes. Lo puse en práctica en el salón de clases y salio de lo mejor ha abido un cambio de actitud en ellos la reflexion es lo mejor

    Responder
  13. Liah noviembre 11, 2015

    Me encantó el artículo, como todos los anteriores. Las herramientas que nos brindas son muy útiles. Es muy cómico como algo tan aparentemente simple, como las relaciones sociales, se nos hagan tan complicadas de pronto.
    Estoy muy de acuerdo en el punto que tocas sobre la falta de interés y compromiso para hacer tiempo. Muchas veces tenemos esas conductas y nos escudamos o justificamos en la «falta de tiempo» y priorizamos un montón de cosas que no nos son vitales.
    Muchísimas gracias Pau, por compartirnos esto y por recordarnos a muchos el sentido se las cosas 🙂

    Responder
  14. olga huaman noviembre 12, 2015

    Mi querido amigo Pau que te puedo decir ¿que eres lo maximo no tengo palabras para expresarme
    tus artículos son una pieza muy importante en mi vida voy a aprender mucho de ello o como persona en todos los sentidos.

    Te quiero mucho mi amigo inteligente superman????????????

    Saludos

    Responder
  15. david r noviembre 17, 2015

    pau . exelente informasaion de mucha utilidad para los que la valoren y practiquen vale la pena ser mas felises

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  16. Ignacio noviembre 29, 2015

    Me ha encantado este articulo,Enhorabuena, conmigo habeis conectado en mucho. Buen trabajo.

    Responder
  17. s diciembre 11, 2015

    buen articulo, pero hay personas que siempre terminan saliendo solas por muchas personas que conozcas…que hacer en esos casos…..aceptar y amar la soledad, disfrutar de tu compañia y no volverte loco pq estes solo, tengo buenas amistades cibernauticas, he conocido mucha gente, pero siempre termino saliendo solo, salvo contadas ocasiones, supongo q sera culpa mia pq me cuesta relacionarme en grupos, abrirme a los demas, etc. o quizas pq el destino es asi y ya esta, es la realidad. con 51 años tampoco es para hacer un drama, al final del camino llegare solo, nadie me acompañara, pues todos llegamos solos, asi que ya estoy acostumbrado. A veces resulta duro, y te hace daño, sobre todo por la noche, pero es la realidad y la aceptas e intentas disfrutar de tu camino aunque estes solo o terminas mal. me alegro por todas l personas q tienen amistades. ojala yo sea el ultimo especimen que no tenga amistades con las q salir. por muchos libros q lea, por muchos posts q lea, por muchos psicologos q vaya, l realidad es l q es, y hay veces q no se puede cambiar. flz navidad.

    Responder
    • ne marzo 16, 2016

      Tienes mucha razón, yo es lo que trataba de decir en otro comentario. Llevo años involucrándome en actividades y conociendo a gente y estoy completamente sola. Incluso si voy a una fiesta, lo raro es que alguien que no conozcas quiera hablarte, porque lo más habitual es que se queden charlando con los que conocen y a los demás ni caso. En todas partes parece que las personas tienen su vida cerradita y hacen todo lo posible para no salir de ahí. No sé si es la ciudad en la que vivo o la edad (de más joven era todo mucho más fácil), pero yo veo un rechazo total a conocer gente nueva.

      Responder
  18. ne enero 30, 2016

    Yo no sé de dónde sacáis la idea que depende de uno mismo tener buenas relaciones. Por más que uno se esfuerce, si el otro pasa de ti, pues pasa de ti, y hoy en día la gente sólo sale con su grupo y no quiere conocer a nadie más, a no ser que sea para un polvo esporádico. Es más, yo conozco a un montón de gente y soy la primera en hacer caso, proponer cosas y ofrecerme a hablar de lo que sea. Ellos sólo van a su bola y te llaman de vez en cuando para que te juntes con su plan o lo que a ellos les vaya bien. Yo ya estoy cansada de aguantar esto.

    Responder
  19. luz febrero 20, 2016

    Me asusta mucho ver cómo en psicología se responsabiliza a las personas de todos los problemas que tienen. Si te pasa algo es porque tú x o no x. A ver, en cuántos ámbitos de la vida se puede aplicar un razonamiento tan causa-consecuencia? La realidad es muy compleja, mucho, y difícilmente una persona individual puede controlarlo todo. A veces parece que para los psicólogos no existe un mundo que actúa independientemente de lo que las personas hagan…

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  20. Ana septiembre 12, 2018

    Él artículo me parece genial!!! Enhorabuena!!! El caso que me afecta no me parece que se refleje del todo …. Soy una persona tremendamente sociable y me cuesta poco hacer amistades nuevas, pero me duran poco. No tengo ni idea de por qué. Me da la sensación de que no me doy a valer, porque siempre llamo para saber de ellos o para quedar. Y no encuentro una correspondencia a mi interés. Indudablemente soy consciente de que si me pasa tan a menudo es que el problema es mío. Pero no consigo saber cuál es….
    Me preocupo de estar informada de sus problemas y también de sus alegrías. Pero no recibo el mismo trato.
    Gracias por los consejos!!!

    Responder

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