Cómo seducir a un hombre según la ciencia

Cómo seducir a un hombre según la ciencia

La vez que más frío he pasado en mi vida fue en mayo de 2013, en una tienda de campaña en Colorado, USA. Había ido de acampada con los amigos que me alojaban y era la única que dormía sola. Mi saco de dormir me quedaba demasiado grande, siempre he sido friolera y me pasé la mitad de la noche tiritando bajo el silencio inmenso del cielo americano.

Al día siguiente, mientras caminaba detrás de mis amigos en dirección al sector de escalada, pensé: “querido hombre de mi vida: ven ya. Te necesito, de verdad. Estoy cansada de esperarte, así que estés donde estés, aparece”.

Una semana después, conocí a Pablo. No nos hemos separado desde entonces.

Lo que quiero decir con esto es que para algunas personas, entre las que me cuento, no tener pareja es doloroso. Esas personas me escriben a menudo: algunas me dan las gracias por este post, otras me preguntan cómo lo hice yo, cuál es el secreto.

Yo siempre contesto más o menos lo mismo: que el amor es parte esfuerzo y parte azar, que aumenten sus posibilidades conociendo a gente y que trabajen para ser la persona de quien se enamoraría su pareja ideal.

Pero, como gran parte de lo que escribo, son respuestas más basadas en el sentido común que en un profundo conocimiento científico.

Así que hace poco me hice la siguiente pregunta a mí misma: ¿qué tiene que hacer una mujer para encontrar pareja, que esté medianamente respaldado por la ciencia? Digo medianamente porque no soy científica ni esto es una tesis doctoral; si quieres leer ciencia, puedes ir a PubMed y encontrarás un montón 🙂

¿Por qué las mujeres?

Es bastante fácil encontrar material dirigido a hombres. Hay muchos gurús de la seducción, y aunque lo que enseñen esté basado en la pseudociencia, al menos están experimentando y ofrecen un método que los aprendices pueden aplicar y tunear.

¿Te acuerdas de Tom Cruise haciendo de gurú en Magnolia?

¿Te acuerdas de Tom Cruise haciendo de gurú en Magnolia?

Pero para mujeres apenas hay material, más allá de artículos de Cosmopolitan que probablemente escriben otras mujeres basándose en lo que ellas creen que es cierto. El mensaje general es que los hombres buscan mujeres jóvenes y guapas, y que o te operas, o encuentras la forma de dar marcha atrás al reloj. Además, se supone que el hombre es el que se acerca, el que se lanza, el que te llama de nuevo (si quiere) y el que marca el ritmo.

Cuando estaba soltera, me EXASPERABA tener que ser la parte pasiva de la ecuación del ligue: esperar a que el tío se me acercara mientras miraba al infinito; o bien acercarme yo, ser súper obvia y ahuyentarle forever. Y después la espera. Las elucubraciones. La angustia.

Así que me puse a leer sobre el tema, y el resultado es este artículo que te traigo hoy. Es el artículo que me hubiera gustado que alguien escribiera cuando yo estaba soltera.

Disclaimer importante

Este es un post dirigido a mujeres heterosexuales. Ya he explicado por qué a mujeres; lo de heterosexuales tiene que ver con que me he basado en estudios con heterosexuales. Lamento que por cuestiones de tiempo y espacio haya elegido no incluir a todo tipo de orientaciones o posibilidades. En absoluto implica un menosprecio de unas formas de amar respecto a otras.

Por otra parte, creo que hay secciones que pueden aplicarse a todo tipo de personas (también a lesbianas, o a bisexuales, o a hombres). Así que si te interesa el tema y no eres una mujer hetero, te animo a que leas el artículo con la mente abierta, por si te sirve a ti también.

Este también es un post que toca algunos estereotipos sobre las relaciones hombre-mujer. Sin embargo, no pretende ser un post político, ni sociológico, ni meterse en debates del tipo de “las mujeres nos comportamos así porque de pequeñas nos vestían de rosa”. La única intención de este post es ser útil.

Voy a tratar de presentar lo que he aprendido de una manera que te anime y te dé recursos. No quiero alienarte, ni que salgas de aquí deprimida pensando que tienes que seguir un manual A-B-C o nadie te querrá nunca. La psicología no es una ciencia exacta, y la vida sucede en las excepciones. Puedes hacer lo que quieras con tu físico, tu mente y tu tiempo. Solo recuerda que el post se llama “Cómo seducir a un hombre según la ciencia”, y no “Cómo seguir haciendo lo que estabas haciendo hasta ahora y lograr resultados distintos” 😉

Por último: tampoco es mi intención crear un debate sobre si estar en pareja es mejor que estar soltero. Cada uno sabe lo que le conviene. Si estás contentísima y feliz de estar sin pareja, este blog tiene decenas de posts que hablan sobre otros temas. Te puedes hacer unas palomitas, por ejemplo.

Dicho esto (y sabiendo que no me va a librar de mi ración de polémica en los comentarios) vamos al turrón.

“Tú lo que tienes es que ponerte en disposición”: mentalidad y actitud en la búsqueda de pareja

“Ponerte en disposición” es la expresión que utilizaba una amiga de mi madre: se había separado y después de pasarlo fatal, decidió “ponerse en disposición”, y encontró a un chico estupendo. Pero, ¿qué significa “ponerse en disposición”? ¿Qué actitud mental puede ponerse a tu favor en las procelosas aguas del ligue?

El equilibrio entre aceptación y cambio

Ya hablé en este post sobre los mitos modernos acerca de encontrar pareja. Que si “aprovecha, que sola estás muy bien”; que si “llegará cuando menos te lo esperes”, etc. Estas frases bienintencionadas te quitan todo el poder que podrías tener sobre tu situación y minimizan tu legítimo deseo de compartir tu vida con alguien.

Tener pareja es una opción de vida, tan válida como cualquier otra. E, igual que tener una carrera exitosa, no depende al 100% de ti. Pero estás en tu perfecto derecho de cambiar lo que está en tu mano cambiar y trabajar hacia tu objetivo.

Esto no quiere decir que tengas que volverte toda loca y pensar que sin pareja nunca serás feliz y que tu MD (Maromo Definitivo) pondrá en su sitio las piezas de tu puzle. La vida no es así. Cuando el MD llegue, otra pieza se te descolocará, o tendrás miedo a que el MD te deje.

Así que trata de cultivar un equilibrio entre la aceptación y el deseo de cambio, como la oración de Alcohólicos Anónimos.

Serenidad

¿Cómo puedes hacer esto?

  • Pregúntate: “si no consiguiera pareja nunca, ¿encontraría otras formas de ser feliz? ¿Cómo lo haría?”. Contestar a estas preguntas te permitirá buscar desde un espacio tranquilo, de necesidades satisfechas. No te estás jugando tu felicidad. Tienes opciones.
  • Reconoce los pensamientos, emociones y sensaciones que te acompañan en relación a este tema. Quizá sean desagradables o dolorosos. No trates de controlarlos o de eliminarlos: dales espacio, acéptalas como compañeras de viaje y sé tú quien lleva el volante, como si condujeras un coche con compañeros de viaje indeseables.
  • Recuerda tus valores, y encuentra formas de hacerlos presentes ya, aquí y ahora. Si buscas pareja porque para ti son importantes el cariño, la sensualidad, el compromiso o la lealtad, no limites esos valores a una pareja y trabájalos en otras áreas.
    Eso no quiere decir que darte masajes vaya a sustituir a echar un polvo. ¡No es así! Tus necesidades son legítimas. Quiere decir que no tienes por qué poner en pausa tus valores ni tus cualidades esperando a tu príncipe azul.

Tareas previas: preparándote para la acción

Si ya has reconocido tu deseo de tener pareja como algo legítimo y respetable, y estás en un lugar de aceptación y deseo de cambio a la vez, es el momento de crear una actitud de compromiso y encaminada a la acción.

Puedes empezar haciendo una lista de tus excusas, es decir: de las “razones” que te cuentas a ti misma para no actuar. Algunas de las más comunes son:

  • Todos los hombres son iguales.
  • Todos los buenos están ya pillados.
  • Soy demasiado (mayor, gorda, poco atractiva, bajita, alta, etc.).
  • No merece la pena, al final siempre acaban partiéndote el corazón.
  • Ahora mismo estoy muy ocupada.

Etcétera. Observa estas excusas. Apúntalas en un papel. ¿Son razones legítimas, alineadas con los valores que te importan? ¿O son historias que te cuenta tu mente, y que te alejan de la posibilidad de que alguien te haga daño?

La mayoría de estas excusas no son verdad. Estoy segura de que conoces al menos a un hombre con el que no te importaría estar; o al menos a un soltero competente; o al menos a una chica a la que consideres más (mayor, gorda, poco atractiva, etc.) que tú y que está con un chico estupendo.

Pero en realidad eso no tiene ninguna importancia. No importa si estas historias de tu mente son ciertas. Lo que importa es si te sirven. ¿Te acercan a la persona que quieres ser? ¿Te ayudan a actuar de acuerdo a tus valores?

Si la respuesta es sí, hazles caso; si no, ponlas también en el asiento del pasajero, junto a los pensamientos y emociones del apartado anterior (puedes cambiar tu coche por un autobús, si quieres) y continúa manejando el volante.

La segunda tarea que puede ayudarte es la lista de innegociables, es decir: de cualidades sin las que no estás dispuesta a pasar.

Innegociable para ti puede ser cualquier cosa. Si deseas, sí o sí, un domador de circo con bigote que hable latín y lleve un tutú rojo, esos son tus innegociables, y tienes derecho a ellos. Solo sé consciente de que quizá ese hombre sea un poquito más difícil de encontrar que si tus criterios son más amplios.

Lion Tamer

Pero existir, existe (o existió)

Aun así, no bajes el listón. No te estás comprando unos vaqueros. Estás eligiendo a tu compañero de vida. Si tu pareja no te añade, te restará.

Y no queremos que nos resten.

Hay quien recomienda hacer una lista mega-exhaustiva de lo que quieres. A mí me parece que esa lista deja poco espacio para la curiosidad y el aprendizaje. Si yo hubiera diseñado a mi hombre ideal, me gustaría menos que Pablo, porque él tiene cualidades que yo ni siquiera sabía que existían.

Aun así, probablemente es buena idea tener las cosas claras en cuanto a algunos básicos. ¿Quieres una relación monógama? ¿Hijos? ¿Una vida de viajes y aventura? ¿Quieres a alguien austero? ¿Derrochador? ¿Que comparta tus opiniones políticas, o tu religión?

En fin: cada una sabe lo que desea. Este es el punto ideal para ser selectiva y honesta contigo misma; más adelante, cuando las hormonas del amor se apoderan de tu cerebro, es mucho más difícil.

¿Te estás haciendo un lío con tanta tarea?

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La premisa de este post es que sí. Hay teorías que afirman que es todo biológico, consecuencia directa de la vida en las cavernas, etc. etc.; y otras que dicen que no, que el tema es social, y que si tratas a los niños como niñas y viceversa, crecerán desempeñando el rol del otro género.

Como dice Baranowski, que es el autor de la tesis en la que me he basado para escribir este artículo, la respuesta está probablemente en medio, como los jueves.

La hipótesis evolutiva afirma que si un hombre puede fecundar a literalmente cientos de hembras en el tiempo que una mujer tarda en gestar y criar a un hijo, es lógico que la mujer sea más selectiva. De hecho, existen especies donde los roles se invierten: el caballito de mar hembra (¿la yegüita de mar?) es más grande y agresiva y compite por el macho, que es quien se hace cargo de los caballitos bebés (¿potrillos de mar?). (1)

La mayoría de estudios que cita Baranowski encuentran diferencias entre hombres y mujeres, en cuanto a cómo se comportan en situaciones de ligue. Yo me inclino a creer que existen. Tú, lectora, puedes pensar lo que quieras; te expongo lo que he aprendido y tú después de eso decides.

Lo que atrae a los hombres (según la ciencia)

Vale, querida lectora. Yo sé que ahora te gustaría que te dijera que la ciencia ha revelado que lo que atrae a los hombres es nuestro fascinante interior, y que otros factores superficiales, como el tamaño de nuestras tetas, dan igual. Pues no. La ciencia apunta a que a los tíos les gustan jóvenes, guapas y con grandes pechos. Y, además, están más dispuestos al sexo casual (Clark and Hatfield, 1989, p.17) y desean más compañeras sexuales (Buss and Schmitt, 1993).

“Dime algo que no sepa”, estarás pensando tú.

Peeero no todo es llanto y crujir de dientes. La personalidad también cuenta. Así que no salgas corriendo hacia la clínica de cirugía estética más próxima y quédate conmigo.

Vamos a examinar más detenidamente estos puntos y a arrojar algo de luz y de esperanza en este erial de las emociones.

¿Qué es guapa? (¿y tú me lo preguntas? Guapa eres tú)

Según parece, para los tíos la belleza tiene los siguientes componentes:

  • Simetría: indica salud y es universalmente apreciada (Rhodes, 2006)
  • Un cuerpo con un buen ratio cintura-cadera (del 0.7, aproximadamente). Sí, para parir. Sí, a mí también me deprime esto. Singh (1993)
  • En un estudio (2) las mujeres con rostro atractivo y cuerpo poco atractivo recibieron menor puntuación que a la inversa.
  • La mayoría de los hombres encuentran más atractiva una cara que entre dentro de la media, es decir: en la que no destaque excesivamente ningún rasgo. (Rhodes 2006)
  • Depilarse es, aparentemente, una buena idea. Un estudio con hombres y mujeres encontró que de entre 61 adjetivos, solo 4 eran considerados significativamente poco deseables para los hombres: baja líbido, falta de atractivo, necesidad de compromiso y PELO Clark and Hatfield (1989).
    Matizo que estamos hablando de ligues a corto plazo y de una muestra de estudiantes universitarios americanos. Dependiendo del entorno en que te muevas, imagino que no depilarse puede considerarse más o menos aceptable.
  • Y hay un estudio extremadamente chungo sobre cómo la talla de sujetador influye en el número de tíos que piden salir a una chica sentada en una barra. Pista: mientras más tetas, más invitaciones (3).

¿Qué pasa si no eres simétrica, no tienes cuerpo de guitarra, llevas una talla A de sujetador (como una servidora) o alguno de tus rasgos no está “en la media”?

Puedes tratar de aumentar tu atractivo físico. De hecho, algunos programas serios que han tratado de mejorar la vida sentimental de los participantes (organizados por académicos, y no por gurús de Internet) incluían un apartado sobre el aspecto físico. Este estudio sugiere que percibimos como más atractivas a las mujeres que pasan más tiempo arreglándose, es decir: que no todo depende de la lotería genética, sino también del tiempo y esfuerzo que decidas echarle al asunto.

Yo soy más bien así

Yo soy más bien así

Hacerlo o no es TU decisión. Recuerda que existen excepciones para absolutamente todo, y que tus mini-pechos, tu nariz o tus kilitos de más NO son una barrera insalvable para el amor y la felicidad. Tú decides. No tienes que demostrar nada a nadie. No tienes que ser un estandarte de ninguna ideología, ni tampoco contentar a un canon inalcanzable.

Quizá puedes plantearte: ¿hay algo que pueda hacer para aumentar mi atractivo, que no me haga sentir alienada o incómoda, y que se alinee con otras prioridades de mi vida? Por ejemplo: quizá ir al gimnasio para convertirte en la versión más fuerte y sana de ti no solo te va a hacer más atractiva, sino que mejorará tu salud y tu estado de ánimo.

La mayoría de los tíos, además, babearán frente a la supermodelo, pero tratarán de ligarse a chicas más normales. ¿Por qué? Pues porque, por definición, la mayoría de nosotros somos mediocres, es decir: estamos en la media en cuanto a atractivo de todos los tipos. No somos bellezones, ni ricachones, ni visionarios. Somos gente normal.

Así que si eres una tía imperfecta y normalita, ¡congratúlate! El mundo masculino está lleno de posibilidades.

Además, un estudio mostró que la personalidad puede influir en el rango que los hombres consideran atractivo. Los participantes catalogaban una serie de fotos con un número, pero cuando las fotos estaban acompañadas de rasgos deseables de personalidad, como extroversión o amabilidad, consideraban atractivos números más bajos.

¿Cuáles eran estos rasgos? Dentro del modelo de los Big Five de personalidad, en este estudio se consideraba deseable ser:

  • Extrovertida
  • Abierta a la experiencia.
  • Emocionalmente estable.
  • Responsable.
  • Amable.

Si tienes algún defecto físico grave y sientes que esto está limitando tus posibilidades, lo siento mucho. Yo me pasé mucho tiempo con acné e iba por la vida sintiéndome como un monstruo. Recuerdo una época muy dolorosa en la que me estaban tratando en un centro estético, y se me resecaba tanto la cara que cuando me rascaba me caían escamas sobre los apuntes.

Hay cosas peores, sí, pero también hay cosas mejores.

Y aun así, hubo chicos a los que no les importó. Chicos que me acariciaron la cara y me dijeron “yo cuando te miro no veo tu acné”. Así que hay mucho que puedes hacer. Puedes ser honesta, interesante y vulnerable. A tu hombre ideal le gustas tú 🙂

Por último, recuerda que hay un montón de datos que aún no tenemos sobre la atracción entre hombres y mujeres, y que seguro que hay otras variables importantes que me he dejado. Quizá en el futuro se descubra que en realidad todo depende de unas ondas invisibles que emitimos con el ombligo. Que este artículo no te sirva para estrechar tus posibilidades, sino para ampliarlas. 

Juventud, divino tesoro

Hace un par de días, mientras investigaba para leer este artículo, le pregunté a Pablo: “si tú y yo rompiéramos, ¿de qué edad te gustaría que fuera tu siguiente pareja?”. “No sé, ¿25?”, contestó él. Luego reflexionó, claro, y dijo que en realidad eso no era un factor, que se fijaría en otras cosas primero, etc.

Es más mono.

Lo comento aquí porque es graciosísimo que Pablo, que es un espécimen masculino muy evolucionado, pensara de entrada en una mujer siete años más joven que él, ¡siete!, sin razón aparente. ¿Su cerebro reptiliano, quizá?

De hecho, seguramente dijo 25 por quedar bien. Parece que los usuarios de OKCupid escriben en su perfil que quieren a chicas de 25, pero que aun así les mandan mensajes a las de 18 y 19… y 18 es la edad mínima para estar en OKCupid. Baranowski dice que es factible que a los tíos les gusten incluso más jóvenes (adolescentes).

La preferencia de los hombres por mujeres jóvenes se ha mostrado de forma repetida y en muchas culturas distintas (4) (5) (6) (7).

Así que si, como yo, estás en “el lado erróneo de la treintena” (o de la cuarentena, o la cincuentena) quizá esto te deprima. ¡Ya no soy joven! ¡Mis óvulos están contados!

De nuevo, no quiero que caigas en un estado de indefensión y de “como no puedo volver atrás en el tiempo, estoy destinada a la soledad”. Mujeres de todas las edades han encontrado el amor.

Si entiendes inglés, te recomiendo que leas este esperanzador hilo de Reddit sobre encontrar el amor a edades más o menos avanzadas. Te animará.

Y si quieres encontrarle algo de utilidad a este tema tan deprimente de la juventud, quizá sea que no desperdicies tu tiempo en una relación que no va a ningún lado. Si esto del amor es como una lotería, es posible que tus boletos disminuyan con el tiempo. Pero, de nuevo, no caigas en la desesperación de confundir la estadística con la realidad. Solo necesitas a uno.

[Imagen: annemarieoliver.com]

[Fuente de la imagen: annemarieoliver.com]

¿Es verdad que los hombres no quieren comprometerse?

Si un hombre puede fecundar a placer, y no tiene que preocuparse de embarazos, ni partos, ni lactancias, y encima le gustan jóvenes, y además desea más variedad de pareja que las mujeres… ¿estamos persiguiendo una ilusión, pretendiendo que se comprometan para toda la vida?

Según la ciencia, no. Parece que la monogamia también tiene ventajas evolutivas para el hombre: asegurarse de que la mujer no se va con otro y de que los descendientes sobreviven (8) (9). Además, si las mujeres son las que eligen, y las mujeres quieren monogamia, lo más probable es que los hombres que han sobrevivido sean los que han aceptado este requisito. Según la evolución, los solteros de oro se extinguieron hace décadas, devorados por paleo-perros en sus solitarias cuevas.

De nuevo, salgamos de las cavernas y miremos la realidad. ¿Por qué quieres tú tener una pareja a largo plazo? Porque te da cariño, seguridad, profundidad en la relación y estabilidad emocional. La mayoría de los hombres también quiere eso y, de hecho, la mayoría busca el compromiso y mantiene relaciones monógamas. Así que, de nuevo, destierra las frases hechas que no te sirven para nada, y céntrate en convertirte en una persona con la que el hombre de tus sueños quiera pasar el mayor tiempo posible.

Pregúntate: ¿está la idea «los hombres no quieren comprometerse» funcionando como una barrera para actuar en dirección a aquello que valoras? ¿Qué sensaciones y emociones te genera? Quizá te haga sentir desesperanzada, o triste, o vulnerable. ¿Puedes hacer espacio a esas sensaciones, sin hacer nada por eliminarlas, y seguir actuando para lograr lo que deseas?

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Cómo optimizar las cinco fases de la atracción

La pregunta del millón: ¿dónde encontrar hombres?

Uno de los aspectos más frustrantes cuando estaba soltera era conocer a un montón de tíos y ver que todos tenían pareja y que los que no la tenían, no me gustaban. Entré rápidamente en una visión túnel, en la que solo veía parejas-parejas-parejas. Empezaba a hablar con un chico, me parecía simpático, me sonreía y… mencionaba a su novia. O a su mujer. O a su hijo recién nacido.

En ese contexto, es muy fácil caer en el “todo lo que me gusta está pillado o engorda”. Pero ten en cuenta varias cosas:

  • En primer lugar, aparentemente las mujeres nos sentimos más atraídas por los hombres con pareja. Consideramos el hecho de que tengan pareja como un símbolo de estatus, y eso nos mola. Si otra dice que es bueno, será que lo es, como las reseñas de Amazon.
  • Dependiendo de la edad en la que estés, es posible que la estadística esté en tu contra y que, efectivamente, la mayoría de los hombres de tu edad tengan pareja. Pero mayoría no equivale a todos. Hay literalmente MILLONES de solteros en el mundo.
  • Todo depende de por dónde te muevas. En contextos de viaje, descubrimiento, aventura, etc., es mucho más probable que encuentres solteros; en tu vida cotidiana, quizá veas más parejas que otra cosa.
  • La tasa de divorcio de 2014 en España era del 61%. Así que, a las malas, si el hombre de tu vida tiene pareja, quizá solo te haga falta esperar (esto es BROMA, ¿eh? No te pongas a esperar al hombre de tu vida. Seguro que hay otros parecidos por ahí).

Mi recomendación es que recuerdes esta regla de oro: buscar pareja es, sobre todo, una cuestión numérica. Y si quieres aumentar tus posibilidades, no veas a cada hombre con pareja como una oportunidad perdida, sino como alguien que podría presentarte a su fantástico mejor amigo. De hecho, un alto porcentaje de las parejas se conocen por medio de un amigo común.

Otra cuestión importante en este asunto del “dónde están los hombres” es que generalmente no diseñamos nuestra vida para estar constantemente conociendo gente nueva. Tenemos nuestras rutinas y en ellas nos exponemos una y otra vez a las mismas personas. Por eso, cambiar tus rutinas es fundamental.

¿Cómo? Plantéate dónde le apetece pasar el tiempo a tu hombre ideal. Haz una lista de sitios y frecuéntalos, en la medida de lo posible. Trata de ampliar el círculo de personas que conoces y, sin necesidad de ponerte un letrero o una S escarlata de “soltera”, haz saber a tus amigos que estás en disposición.

¿Y qué pasa con Internet? Las webs y apps de ligue cada vez son un entorno socialmente más aceptado para conocer al hombre de tu vida. La mayor ventaja es que puedes filtrar hasta unos niveles de detalle muy absurdos; la desventaja es que puede disminuir la ambigüedad, es decir: que dejar las cosas demasiado claras desde el principio, rollo “me gustas, te gusto, vámonos al catre” podría perjudicar el proceso normal del ligue (aunque esto es una suposición mía). Más adelante hablaremos de esta ambigüedad y por qué es tan importante.

La conclusión de este apartado es, de nuevo: si el amor es una lotería, compra boletos. Sé sociable, di que sí, anuncia sin pudor que estás buscando pareja y aumenta tus posibilidades para poner a la estadística de tu parte.

La vida es una tómbola, bitch

La vida es una tómbola

¿Me quiere? ¿No me quiere? La importancia de la ambigüedad en el flirteo

Querida: saca tu cuaderno de notas, porque lo que viene ahora es importante. Ojalá, OJALÁ alguien me hubiera dicho esto cuando yo andaba por ahí arrojándome a los brazos de los maromos a los que veía como potencial CdA (Carne de Altar). Me indignaba muchísimo que mi arrojo les ahuyentara, y me decía a mí misma “los hombres se acobardan ante una mujer fuerte y decidida como yo”.

No sabía que las primeras fases de la seducción, es decir: el flirteo o tonteo, están definidas por la ambigüedad. Es importante no mostrar todas tus cartas desde el principio. Y esto tiene una función: permitir al otro (y a ti misma) recolectar toda la información que necesitáis para decidir si queréis bailar juntos la danza horizontal y/o empezar una relación.

Por eso, por mucho que el chico al que acabas de conocer sea guapo, esté disponible y le guste el mismo sabor de helado que a ti… ¡contente! Dale tiempo para que recabe información, y dátelo también a ti misma. Como dice Baranowski, “mientras más directa es una aproximación, más arriesgada resulta (…). En el juego de la seducción, un movimiento definitivo es un mal movimiento”.

Curiosamente, cuando me ligué con éxito a Pablo me apañé para mantener un grado de ambigüedad alto durante bastante tiempo. Estaba escaldada de mis rollos/relaciones anteriores y quería estar segura de que no había dado con otro ejemplar de “soy-encantador-hasta-que-te-bajas-las-bragas”.

Así que le repetía mucho frases como “estamos de vacaciones”, “no te emociones tanto”, “ya veremos por dónde va esto”. Él me lo echa en cara y me jura que si yo hubiera estado tan a tope como él, que me decía “porque sho a vos te amo” cada dos minutos, le habría dado igual, pero no sé si creérmelo. Las pruebas dan la razón a la ambigüedad.

Fases de la seducción según Baranowski

Vamos con las fases de la seducción según nuestro amigo Baranowski: el modelo de las 5As. En su modelo, las tres primeras fases (atención, aproximación y atracción) están caracterizadas por una alta ambigüedad, mientras que las dos últimas (afecto y activación) la reducen hasta llegar al contacto físico.

Fase 1: Atención, o “eh, tú, ¡existo!”

Aquí empezamos con la saga “Hollywood, qué daño has hecho”.

A ver si te suena esta escena: chica súper-guapa-pero-en-plan-especial está sentada en un bar/parque/banco con expresión casual, mirando al infinito, enroscándose un mechón de pelo en el dedo. Chico guapo-pero-con-cara-de-buena-gente la ve. Su corazón se para. Se acerca a ella salvando todos los obstáculos. La invita a una copa, o a una cita, o le canta una serenata. Lucha hasta que se hace con su corazón.

¿Te resulta familiar? Claro, porque es el guión de un 99% de las escenas de seducción de las pelis. Están grabadas a fuego en tu subconsciente, y te dicen que el hombre es el que elige y toma la iniciativa. Y cuando eso no sucede, piensas que no eres lo bastante guapa o atractiva. Y te machacas, porque sientes que no puedes hacer más.

Sin embargo, la ciencia dice que el proceso de seducción lo inicia en su mayor parte la mujer (10). ¡Eres el sexo selectivo por excelencia! ¡La caballito de mar macho de la especie humana!

Para que el chico se arriesgue a acercarse a ti, es necesario que tenga unas garantías mínimas de que no vas a rechazarle o a ponerle en evidencia. Nadie quiere ponerse en peligro aproximándose a una persona agresiva. Por tanto, el primer paso, es decir: dar esas garantías mínimas, te corresponde a ti.

La buena noticia es que si se las das, será mucho más sencillo que vaya a por ti.

La clave es comunicar tu interés con tu lenguaje corporal. ¿Cómo?

  • Mírale fijamente y baja la mirada (10,5).
  • Sonríe (11) (12).
  • Echa la cabeza hacia atrás y/o tócate el pelo (Kendon, 1974: aparece citado en el artículo de Baranowski, pero no he logrado encontrar la fuente original).

Estos tres gestos tan sencillos parecen tener mucho éxito comunicando al chico que estás interesado en él. Los hombres leen peor el lenguaje corporal que las mujeres, así que te puedes pasar de obvia sin ningún problema.

Si eres chica, no trates de atraer a un desconocido flirteando con otro chico. Aunque, como ya hemos dicho, nosotras tendemos a sentirnos más atraídas por hombres con pareja, con ellos sucede al revés; quieren evitar la confrontación con otro macho y prefieren a mujeres que no están interactuando con chicos (13).

Por otra parte, Baranowski solo habla del contexto de “desconocidos que se encuentran en un bar”. ¿Y si te gusta un chico que ya conoces? Entonces tienes que pasar directamente a la fase de atracción, teniendo siempre en cuenta que para que la seducción se produzca, el contacto físico tiene que escalar, es decir: que aumentar rápidamente.

No he encontrado información concreta sobre cómo hacer esto; el sentido común me dice que puede ser buena idea crear situaciones a solas con la otra persona y mandar mensajes de flirteo (la sonrisa, el toque en el pelo, etc.) incluso aunque ya os conozcáis.

Es complicado, porque hay que combinar ese cambio de contexto, de amistad a flirteo, con la ambigüedad necesaria para seducir. Para esto, es muy útil la frase que me dijo hace unos días Pau Navarro, de Habilidad Social: no se trata de decir “me gustas”, sino “me podrías llegar a gustar”.

En mi caso, con mi primer novio fue así: después de perseguirle durante MESES como una loca obsesionada, y de pensar que estaría siempre en la friendzone, la magia se produjo cuando pudimos estar un rato a solas y le mostré que soy una chica interesante. Pero teníamos dieciocho años. Y el plural de anécdota no es datos. Así que si tienes más ideas de cómo convertir tu amistad en un ligue, todas te lo agradeceremos.

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Salir de la FriendZone es duro

Fase 2: Aproximación, o “¿y ahora qué le digo?”

La buena noticia en esta fase es que la inmensa mayoría de los chicos van a responder positivamente a casi cualquier frase tuya (14). No importa que les digas “hola, ¿te gusta esta canción?” o “¿qué hace un chico como tú en un sitio como este?”; las posibilidades de que empiece una conversación contigo son muy altas.

¿Eres tímida? Puedes aplicar lo que se conoce como desensibilización sistemática: ve poquito a poco, empezando por contactos que te den menos vergüenza (preguntar direcciones a un desconocido) y aumentando poco a poco la dificultad, hasta conseguir acercarte a ese chico tan sexy al que ves todos los días en la biblioteca.

Otra opción es la exposición: habla con tres chicos guapos al día, y probablemente en una semana tu miedo al rechazo haya desaparecido… a no ser que uno de esos chicos te señale con el dedo y se ría de ti delante de sus amigos. La exposición en este contexto es arriesgada porque no puedes estar segura de que nada va a salir mal; si la perspectiva de un rechazo te aterra, probablemente la desensiblización sea mejor idea.

Que sí, que este post es demasiado largo…

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¿Qué decirle? Al principio de la interacción es importante que no os quedéis callados Grammer (6). Cuando dos personas se gustan, la conversación fluye; aparentemente, también puede funcionar al revés: si habláis lo suficiente, podéis convenceros de que os gustáis.

Pau Navarro tiene dos artículos fantásticos sobre el tema: Cómo empezar una conversación y Cómo mantener conversaciones interesantes.

En este punto del proceso de seducción, lo que te interesa es:

  • Que la charla no decaiga.
  • Mantener la ambigüedad.
  • Crear (o prolongar) la oportunidad de hablar a solas, para poder estrechar el vínculo en la fase de atracción.

¡Recuerda! Mantener la ambigüedad en esta fase es esencial, sobre todo si intuyes que el valor como pareja del otro es más alto que el tuyo. Mientras más “fuera de nuestra liga” esté la otra persona, mayor será su tendencia a decirnos que no, para protegerse de terminar con alguien con un menor valor que el suyo. Si no te ha dado tiempo a convencerle de que vales al menos lo mismo o más, puede que te dé calabazas.

Si todavía no tienes claro cómo mantener la ambigüedad, piensa simplemente en no hacer movimientos definitivos. Escribe una lista de “cosas que le harían pensar que me tiene en el bote” y evítalas a toda costa.

Fase 3: Atracción, o “ven pacá, moreno”

La clave de esta fase es hacer que la otra persona sienta la misma atracción que nosotros. Si tú eres la seductora, hay una desigualdad en el sentido de que tú has elegido al otro por un rasgo que te ha gustado, y ahora tienes que ofrecer información sobre ti de manera que el otro también te elija a ti.

Sin embargo, un punto muy importante y que quizá olvides, es que tú también sigues eligiendo. Sigues recopilando información, barajando tus opciones y tomando decisiones.

La mayoría de nosotros tenemos sesgos posdecisionales, es decir: una vez que has tomado la decisión “este chico me gusta, voy a por él a muerte”, lo normal es que trates de hacer coincidir el resto de información con la primera impresión que te has formado de él.

¿Qué te dice que en su tiempo libre mata viejecitas? No puede ser, ¡tiene unos ojos preciosos, y lleva un libro de Pablo Neruda bajo el brazo! Algo habrán hecho las señoras.

Jeremy Meeks, el delincuente sexy, nos enseña que los chicos guapos también quebrantan la ley

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Mi recomendación es, otra vez, que te mentalices de que la ambigüedad es buena para todos y sigas en modo recolectar información. No hace falta que te hagas la dura de forma intencional. Es mejor, de hecho, que seas simpática y amable. Pero baja a la realidad y sé consciente de que no puedes decidir si quieres pasar la vida con esa persona después de dos minutos de conversación.

Que sí, que vale, que el asesino de ancianas tiene unos ojos preciosos y que en realidad te da igual y solo quieres conquistar su corazoncito psicópata. ¿Cómo hacerlo?

  • Empieza la conversación estando en desacuerdo sobre un tema y cambia de opinión después de un rato. Un estudio mostró que las personas se sentían más atraidas por alguien si tenían la percepción de haberle hecho cambiar de opinión (15).
  • Métete (¡suavemente!) con la otra persona. Según Baranowski, esto puede hacerle pensar que en realidad tienes un valor como pareja superior al suyo e incrementar la atracción que siente por ti.
  • Pídele un favor. Puesto que solemos hacer favores a la gente que nos gusta, es posible que nuestro cerebro crea si le hemos hecho un favor a alguien, será que nos mola (16) (17).
  • Utiliza la activación externa: por ejemplo, id a ver una película de miedo o un thriller (18). Existe la posibilidad de que confunda las palpitaciones de la peli con las de Cupido. En las montañas rusas, al parecer, este efecto no se produce: la hipótesis del autor es que salimos con los pelos tiesos y no somos muy atractivos (19).
  • Transmítele que le aprecias o anticipa que vas a hacerlo. Un estudio mostró que las personas a las que se hacía creer que serían apreciadas por terceros se mostraban más amables con ellos (20).
    No sé muy bien cómo puede hacerse esto en la vida cotidiana; ¿quizá haciendo que una amiga le diga lo bien que te cae? (Cuidado con la ambigüedad en este punto; si tu amiga le dice “a Fulanita le gustas”, igual se va todo al traste).

Fase 4: afecto, o “no puedo vivir sin ti… no hay manera”

La misión de esta fase es reducir la incertidumbre. ¡Por fin puedes despedir a tu amiga la ambigüedad!

Si lo que buscas es un ligue de una noche, te puedes saltar esta fase. Pero si buscas emparejarte para siempre, Baranowski aconseja: “pasar por la fase de afecto para asegurarse de que la pareja potencial tiene las mismas intenciones que el seductor. De otra manera, el seducido podría pensar que la otra persona está interesada solo en sexo casual y adaptarse, con consecuencias negativas para el comportamiento del seductor”.

Según esto, podría haber algo de verdad en eso de que “si tienes sexo la primera noche, el chico pierde el interés”. La razón que habría detrás es una confusión respecto a tus intenciones.

Como siempre, tú haz lo que quieras; no seré yo quien vaya por ahí repartiendo anillos de castidad.

Si tienes claro que prefieres incrementar el vínculo primero, he aquí cómo hacerlo:

  • Mírale a los ojos o rétale al juego de quién se ríe primero. Un experimento que fingía estudiar la telepatía mostró que mirarse a los ojos aumenta el grado de afinidad que sienten dos desconocidos, incluso si no se hace con la finalidad de seducir (21).
  • Haz preguntas íntimas. Otro estudio logró crear intimidad entre desconocidos tras cuarenta y cinco minutos de preguntas cada vez más personales (22). De hecho, algunos de los participantes intercambiaron el teléfono después.
    Quizá es esto lo que hace que muchas relaciones empiecen en situaciones donde mostramos más apertura a la experiencia y menos autocontrol que normalmente. Por ejemplo: en viajes, por la noche, bajo los efectos del alcohol, cuando no vamos a volver a ver a la otra persona… Una muestra de esto es la peli “Antes del amanecer”: los protagonistas solo van a pasar una noche juntos en un país extraño; gracias a esto, comparten un montón de información y se enamoran.
  • No hables mal de tus conocidos ni de tus exs. Aunque racionalmente tu interlocutor sepa que estás hablando de otra persona, inconscientemente te atribuirá esas características a ti (23).
  • Sin embargo, si el otro también tiene sentimientos negativos hacia algo (un partido político, un equipo de fútbol, un grupo de gente) quizá sí sea buena idea expresarlos: los sentimientos negativos unen más que los positivos (24). Por otra parte, me parece una forma un poco chunga de empezar una relación.

Fase 5: Activación, o “quiero hacerte lo que la primavera le hace a los almendros”

El objetivo de esta fase, según Baranowski, es reducir la barrera del contacto físico y tener sexo. No sé muy bien cómo funciona el modelo si por el motivo que sea no quieres tener sexo hasta más adelante; imagino que el equivalente es besarse o tener algún tipo de contacto que equivalga a decir: “me molas”.

Si todo ha ido bien hasta aquí, el sexo, o el beso, o cogerse de la mano si sois Amish, debería llegar de forma natural. Sin embargo, es importante comenzar con el contacto físico antes, a lo largo de las fases anteriores: un toque en el brazo, una caricia en la cara… si no, tirarte encima del otro y comerle los morros podría verse raro.

Para cuando llegamos a esta fase, el vínculo se ha estrechado, la incertidumbre se ha reducido y está claro que existe un interés mutuo. Después del sexo se producirá o bien la resolución, es decir: cada uno por su lado, o el apego emocional, que puede llevar a una relación a largo plazo.

Que ocurra una cosa u otra dependerá de muchos factores: el momento en que está la otra persona, el valor como pareja que te ha asignado (es decir, lo mucho que le gustes), tus circunstancias, etc.

Aunque Baranowski no especifica esto en su tesis, mi hipótesis es que las posibilidades de que la seducción se convierta en una relación aumentan si la fase de afecto se ha consolidado lo suficiente, es decir: si os gustáis lo bastante. Eso hará que los dos tengáis ganas de repetir y continuar la relación.

Respecto a cómo manejar las cosas a partir de aquí, me inclino a pensar que mantener cierta ambigüedad hasta que se formaliza algún tipo de compromiso (por ejemplo, diciendo “somos novios”, o “somos exclusivos”, como en las películas) puede ser buena idea. Si la función de la ambigüedad es permitirnos recoger información, tiene sentido seguir utilizándola hasta que sepamos suficiente de la otra persona como para decir: vale, me quedo contigo. Pero esto último son especulaciones mías.

Conclusiones

Me ha gustado mucho escribir este artículo porque creo que, en última instancia, es una llamada a la sensatez. No hay que usar tácticas extravagantes ni convertirse en una mujer fatal para atraer y seducir al chico que te gusta. Todos somos personas y tenemos emociones, aunque lo que hay dentro de nuestros pantalones sea distinto.

Así que en lugar de desesperarte poniendo cara de interesante en un banco de Central Park, utiliza estas claves:

  • Cambia tus rutinas para conocer gente.
  • Ponte “en disposición”: haz saber a tus conocidos que buscas pareja.
  • Potencia tu atractivo físico sin obsesionarte.
  • Muestra los rasgos más positivos de tu personalidad: extroversión, amabilidad, responsabilidad, apertura a la experiencia y estabilidad emocional.
  • No tengas miedo a dar el primer paso (y el segundo, y el tercero). No esperes a que él lo haga todo.
  • Sin embargo, mantén la ambigüedad durante el tiempo suficiente para que los dos recojáis la información necesaria. Recuerda: la clave no es decir “me gustas”, sino “me podrías llegar a gustar”.
  • Recuerda que el flirteo os beneficia a ambos.
  • Trabaja el vínculo. Esfuérzate en conocer al otro y en que te conozca a ti.
  • ¡Disfruta del proceso! Siéntete suficiente aquí y ahora, y busca desde ahí.

¡Espero que esto te sirva, lectora! Si con este artículo encuentras al hombre de tu vida, recuerda que deberéis llamarle Marina o Marino a vuestro primogénito, o la Maldición de Psicosupervivencia caerá sobre vosotros y os castigará con una plaga bíblica de escorpiones y enfermedades venéreas.

Si decidís no procrear, podéis Marinizar a vuestra mascota o a una plantita.

Este podría ser el cactus Marino (imagen de jardinplantas.com)

Este podría ser el cactus Marino (imagen de jardinplantas.com)

Y si quieres sacarle todo el jugo posible a este artículo, DESCARGA AQUÍ EL CUADERNO DE TRABAJO.

 

REFERENCIAS

(Todos estos artículos están dentro de la tesis de Baranowski. No los he leído completos, así que si tú sí lo haces y encuentras algún dato que contradiga lo que he escrito aquí, estaré encantada de revisar el texto y hacer los cambios necesarios 🙂 )

  1. Buss, D. M. (2004). Evolutionäre Psychologie (2nd ed.). London: Pearson.
  2. Alicke, M., Smith, R. H., & Klotz, M. L. (1986). Judgments of Physical Attractiveness: The Role of Faces and Bodies, Personality and Social Psychology Bulletin, 12, 381-389.
  3. Guéguen, N. (2007a). Women’s bust size and men’s courtship solicitation. Body Image, 4, 386-390.
  4. Buss, D. M., & Schmitt, D.P. (1993). Sexual strategies theory: An evolutionary perspective on human mating. Psychological Review, 100, 204-232.
  5. Symons, D. (1979). The evolution of human sexuality. New York: Oxford University Press.
  6. Grammer, K. (1992). Signale der Liebe: Die biologischen Gesetze der Partnerschaft. Hamburg: Hoffmann und Campe.
  7. Buss, D. M. (1989). Sex differences in human mate preferences: Evolutionary hypotheses tested in 37 cultures. Behavioral and Brain Sciences, 12, 1-49.
  8. Reichard, U. H. (2002). Monogamie – eine «Beziehungskiste» mit Zwischenböden. MaxPlanckForschung, 2, 62-67.
  9. Hill, K., & Hurtado, A. M. (1996). Ache life history. New York: Aldine De Gruyter.
  10. Moore, M. M. (1985). Nonverbal courtship patterns in women: Context and consequences. Ethology and Sociobiology, 6, 237-247.
  11. Perper, T. (1985). Sex signals: The biology of love. Philadelphia: ISI Press.
  12. Guéguen, N. (2008). The effect of a woman’s smile on men’s courtship behaviour. Social Behavior and Personality, 36, 1233-1236.
  13. Walsh, D. G., & Hewitt, J. (1985). Giving men the come-on: Effect of eye contact and smiling in a bar environment. Perceptual and Motor Skills, 61, 873-874.
  14. Jones, B. C., DeBruine, L. M., Little, A. C., Burriss, R. B., & Feinberg, D. R. (2007). Social transmission of face preferences among humans. Proceedings of the Royal Society of London, Series B, 274, 899-903.
  15. Cunningham, M. R. (1989). Reactions to Heterosexual Opening Gambits: Female Selectivity and Male Responsiveness. Personality and Social Psychology Bulletin 15, 27-41.
  16. Stapert, J. C., & Clore, G. L. (1969). Attraction and disagreement-produced arousal. Journal of Personality and Social Psychology, 13, 64-69.
  17. Wiseman, R. (2009). 59 Seconds. Think a little, change a lot. London: Pan Books.
  18. Jecker, J., & Landy, D. (1969). Liking a person as function of doing him a favor. Human Relations, 22, 371-378.
  19. Cohen, B., Waugh, G., & Place, K. (1989). At the movies: An unobtrusive study of arousal-attraction. Journal of Social Psychology, 129, 691-693.
  20. Meston, C. M. & Frohlich, P. F. (2003). Love at first fright: Partner salience moderates roller-coaster-induced excitation transfers. Archives of Sexual Behavior, 35, 537-544.
  21. Curtis, R. C. y Miller, K. (1986). «Believing another likes or dislikes you: Behaviours making the beliefs come true». Journal of Personality and Social Psychology, 51, 284-290.
  22. Kellerman, J., Lewis, J., & Laird, J. D. (1989). Looking and Loving. Journal of Research in Personality, 23, 145-161.
  23. Aron, A., Melinat, E., Aron, E. N., Vallone, R., & Bator, R. (1997). The experimental generation of interpersonal closeness: A procedure and some preliminary findings. Personality and Social Psychology Bulletin, 23, 363-377.
  24. Skowronski, J. J., Carlston, D. E., Mae, L., & Crawford, M. T. (1998). Spontaneous Trait Transference: Communicators Take on the Qualities They Describe in Others. Journal of Personality and Social Psychology, 74, 837-848.
  25. Bosson, J. K., Johnson, A. B., Niederhoffer, K., & Swann, W. B. (2006). Interpersonal chemistry through negativity: Bonding by sharing negative attitudes about others. Personal Relationships, 13, 135-150.
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44 comentarios
44 comentarios
  1. Silvia julio 11, 2016

    Eso de la ambigüedad, no sé… en mi experiencia, los chicos quieren las cosas para YA, y yo necesito mi tiempo, o sea, ese jueguecito de ambigüedad, de a ver por dónde tira la cosa, de «sedúceme, tío». Al final termino viéndoles del brazo de otra 🙁

    Responder
    • Marina julio 11, 2016

      Hola, Silvia!
      Creo que el tema de la ambigüedad es el más complicado de todo el artículo. Como tú dices, hay quien lo quiere todo YA-AHORA, y quien necesita más tiempo. A mí me pasaba justo al revés: lo quería todo para YA y los jueguecitos me mataban.
      Creo que al final todo se resume en: tómate el tiempo que TÚ necesites, y deja al otro el tiempo que el necesite. Y si no coincidís en eso, pues quizá es una cuestión de incompatibilidad, y no de mala «técnica» de ligue.
      A ver qué opinan los demás (chicos incluidos!).
      Un abrazo y gracias por comentar.

      Responder
      • Sergio julio 11, 2016

        ¡Hola hola! Os dejo mi granito de arena. 🙂

        A veces los chicos no tenemos ninguna prisa por llegar especialmente lejos, pero sí por crear las circunstancias y el ambiente que nos permitan quitarnos la armadura y caminar descalzos con vosotras. A veces somos totalmente cagaprisas.

        Tiempos, ritmos y necesidades tienen una curiosa y gran virtud: cuando se comunican y se demuestra interés y aprecio por la otra persona, todo ello tan abiertamente como se pueda sin avasallar; solemos ajustarnos más deprisa y más sencillamente de lo que creíamos posible nosotros mismos. Una persona que se siente apreciada siempre hace más de lo que se espera de ella.

        Es una mezcla de experiencia, propia y ajena. ¡Espero que os sirva!

        Responder
        • Celia julio 12, 2016

          qué bonito lo has dicho! 🙂

          Responder
    • Yuri julio 11, 2016

      A mí me pasa más o menos lo mismo, necesito tiempo para saber si con alguien puedo pasar a mayores o no. Cuando una chica se prenda de mí muy pronto me hace dudar, ¿realmente me conoce?

      Responder
  2. Francisco julio 11, 2016

    Hola Marina,

    Una vez más lo has bordado. Me encanta como lo has orientado.

    Un par de aportaciones con un punto de vista tántrico.

    Sobre la belleza hay un factor energético que no tiene tanto que ver con el cuerpo o la cara como tal, sino con la energía/luz que desprende una mujer.

    Esto se puede ver cuando una mujer está embarazada, cuando tiene una vida sexual satisfactoria, o simplemente cuando se quiere así misma, se acepta y camina por el mundo orgullosa de sus atributos, sean los que sean.

    La apertura, la aceptación, la confianza personal son cosas muy atractivas para los hombres en una mujer.

    Cuando preguntaron a Clinton por que se fue con la becaria no contestó porque estaba buena, contestó que cada vez que Mónica entraba en la habitación la llenaba de luz.

    Sobre la edad, es duro pero estoy de acuerdo. Lo que busca la energía masculina es la luz y es cierto que una chica joven tiene más fácil conservarla, sin embargo, se puede cultivar en mujeres de mayor edad. He conocido a mujeres en sus 50 que cegaban con la luz que tenían. Me parece clave como estés contigo misma.

    En los círculos de hombres he oído de todo sobre que nos gusta o atrae en las mujeres y que no. Una mujer que se muestra demasiado coqueta con muchos hombres hace que el hombre se eche hacia atrás, al menos a los chicos de mis círculos. No hace falta que no hable con otro hombre en el mundo pero un poco de hacerle sentir «especial» es muy atractivo, creo que también para vosotras.

    Creo que la mujer debe mantener un rol pasivo, al menos si quiere encontrar un hombre con esencia sexual masculina, pero desde ese rol pasivo se pueden hacer muuuchas cosas para atraer a un hombre, algunas como las que comentas en el post. En este post podéis leer lo de la energía femenina y masculina para explicarlo mejor.
    http://elsindromedelamochila.com/tantra/descubre-tu-esencia-sexual/

    Lo más atractivo del mundo es una mujer segura de si misma, consciente de sus virtudes, que explota sus atributos, abierta y satisfecha con su vida y que además lo demuestra en cada cosa que hace.

    besos Marina

    Responder
    • Yuri julio 11, 2016

      «Lo más atractivo del mundo es una mujer segura de si misma, consciente de sus virtudes, que explota sus atributos, abierta y satisfecha con su vida y que además lo demuestra en cada cosa que hace.»

      Te la compro 😀

      Responder
    • Diana Garcés julio 11, 2016

      Totalmente de acuerdo contigo guapo, igual nos pasa a nosotras, si el hombre proyecta seguridad es más fácil que nos llame la atención que uno titubeante e inseguro de si mismo 🙂

      Responder
      • Gaby Carreira julio 11, 2016

        Eso es, hombres resueltos! 😛

        A mí lo de la pasividad me repatea un poco, la verdad. Una cosa es excederse en entusiasmo y rozar el acoso y otra es morirse a la espera de que al hombre se le alineen las ganas o le sobre un hueco en la agenda y decida actuar.

        Yo soy más de hacer que las cosas pasen si me interesan, para pasivo ya están las planticas, jaja… Pero todo bien medido, claro.

        De todas formas, el flirteo o la seducción deberían ser como un juego: fácil y divertido. Si estamos los dos en el mismo partido la cosa fluye, si no es que igual la cosa no va, ¿o qué?

        Las (pocas) veces que me he enamorado no me he preocupado demasiado por nada. Las cosas surgieron solas, yo tuve espacio para ser yo libremente, sin tácticas (tímida y consecuentemente pasiva a veces o con más iniciativa, otras). Encuentro que, según mis experiencias, el amor nace de una chispa inesperada y casual siempre que me encuentro en un buen momento vital (radiante por dentro), porque estoy más predispuesta a disfrutar del entorno.

        Me parece que hacer muchos esfuerzos en actuar «correctamente» para enamorarnos le quita la gracia a lo casual, mágico y espontáneo que es el amor cuando surge. Para mí tiene mucho más sentido cuidarse, estar bien con una misma, brillar, pero para una, no para otros, y mostrarse «en disposición» buscando nuevas experiencias vitales, nuevos entornos; abrirse a lo inésperado, vaya.

        Yo me quedo con la magia.

        Aunque me guardo el tema para reflexionar al respecto y observarme en mis interacciones con los hombres.

        Buenísima la redacción del post, como siempre. Marina, Maroma Definitiva ? Jaja, bisous!

        Responder
        • Marina julio 12, 2016

          Hola, Gaby! Estoy de acuerdo contigo en que cuando va bien, la cosa fluye. Lo curioso es que luego te paras a pensar y suele haber mucho de lo que se describe en este artículo. Si Pablo y yo hasta hicimos lo de mirarnos a los ojos! (ahora no recuerdo si lo he incluido en el post o no). Por eso, quizá algunas de las situaciones pueden crearse más artificialmente y llevar al mismo resultado. Aparentemente hay una pareja que se casó después del experimento de las preguntas.
          En fin, estoy un poco espesa con el calor. Gracias por comentar!

          Responder
  3. Sergio julio 11, 2016

    Bueno, yo vengo a romper un poco la estadística si se me permite… Je.

    Tengo 24 años, y parece ser que siempre he preferido estar con chicas mayores que yo. Y no por dos o tres años, sino que a veces incluso por doce o quince. Doce años me llevo con mi ex más reciente, y de hecho, la relación no ha terminado porque yo lo quisiera. Siempre he tenido la impresión de que una mujer mayor que yo me daría estabilidad, apertura, comodidad, madurez y compromiso sincero (y sin celos, que también). Digamos que creo que se facilita mucho el juego al no tener tiempo para jugar partidas que no sean bellas.

    Y más veces que menos, ha sido como deseaba. Tanto como para estar con mujeres que para otros levantan todas las banderas rojas. Madres solteras, por ejemplo. Con hijos que iban de recién nacidos apenas a mayores que yo. Hay quien dice que me tira mucho el espíritu maternal, pero qué puedo decir… Hay pocas cosas que brillen tanto como la sonrisa de una mujer que ve a su hijo ser feliz.

    Y me parece interesante que hables de cómo se conquista pero pares antes de hablar de la conservación de la relación. Tal vez porque no quisieras extender más el texto, tal vez porque creas que eso depende de cada persona y circunstancia… Si puedo mojarme en esto también, diría que lo más importante para conservar la relación que has creado pasa precisamente por ser capaz de aceptar a la persona como es y acompañarla en sus cambios. A veces serás la chispa, a veces la excusa, a veces la causa profunda de ellos. Otras no tendrás mucho más que ver, salvo por la armonía que le aportas y la referencia sobre su propia esencia que llegas a ser.

    También añadiría algo sobre atreverse a entrar en su dolor sin intentar eliminarlo, pero siendo un sostén. Para que pueda confiar en ti y también hallar soluciones al compartir contigo su dolor y comprometerse a resolverlo. Es, no obstante, algo que requiere precaución. Hay peligro de querer ser el salvador de esa persona, y de darse de morros con el hecho de no poder salvarla de sí misma.

    Bueno, creo que esto suma todo lo que ahora mismo me ronda los adentros sobre el tema.

    Con la esperanza de que a alguien le sirva…

    Y mi agradecimiento por este espacio para expresarme, y por la lectura. Buen trabajo, Marina. 🙂

    Responder
  4. María julio 11, 2016

    Pues yo ni quiero todo para ya ni quiero jueguecitos. A mi todo eso de jugar a la ambiguedad me recuerda al rollo de «hacerse valer» que me repatea en las tripas…Y eso de «su valor como pareja es mas alto que el tuyo» ya me parece lo mas de lo mas…Y eso que dices de «soy encantador hasta que te bajas las bragas» me chirria lo que no esta escrito. Si realmente es asi, o si no te considera una posible pareja porque te acuestas con el a las primeras de cambio (porque os apetecia a los dos, basicamente), a mi es un tipo que no me interesa, punto. Oh, Dios mio, un polvo que no ha prosperado!!!! Que deshonra!!! Lo siento, normalmente me encantan tus post, pero este… No me ha gustado nada. Me parece machista y antiguo a mas no poder.

    Responder
    • Marina julio 11, 2016

      Hola, María!
      Entiendo y respeto tu punto de vista 🙂 Entiendo también que este es un tema que puede levantar ampollas. Como digo siempre, quédate con lo que te sirve, y si no te sirve nada, pues a hacer palomitas (o no) 😉
      Un abrazo!

      Responder
    • Marina julio 11, 2016

      Por aclarar (y sin ánimo de convencerte de nada, que soy consciente de que no todo puede gustar a todo el mundo siempre):
      – Lo del «valor como pareja» está sacado textual de la tesis de Baranowski. No se refiere al valor como persona, sino al concepto de que en general (estadísticamente hablando; hay excepciones a todo) asignamos valor a los potenciales candidatos en función de ciertas características. Por supuesto, nuestro valor intrínseco como persona no depende de eso, y por supuesto no son las mismas características para todo el mundo.
      – El párrafo de las bragas xD se refiere exclusivamente a mi experiencia y a lo que yo buscaba en ese momento, que no era un polvo de una noche. Por supuesto, no me parece ninguna deshonra que un polvo no prospere. Cada uno busca lo que busca.
      – Lo de «jugar» a la ambigüedad he tratado de plantearlo como un proceso donde recabas información, que no me parece para nada deshonroso ni chungo, aunque entiendo perfectamente que se pueda vivir como algo angustioso o injusto (a mí me pasaba).
      En fin, que como digo al principio del post, entiendo que este tema toca muchos estereotipos y que puede pisar muchas sensibilidades. Pero mi deseo de descubrir lo que había escrito sobre ello ha sido más fuerte que el deseo de no molestar.
      Gracias, en cualquier caso, por tu opinión honesta y por participar en el debate!

      Responder
  5. Ananda julio 11, 2016

    Que bueno Marina! Y que «ilustrativo»!.
    Si te digo que he encontrado hace bien poco con un hombre maravilloso como por chiripa y por una serie de circunstancias y casualidades, hasta yo misma me asombro.
    Sin embargo, y, por debajo, si lo analizo, sí que se han cumplido parte de las sugerencias que das, de manera que-doy fe- el manual ayuda.
    Te animo a que lo mejores y perfecciones no con las instrucciones de ese guru, sino con las tuyas propias.

    Y muy bueno el post del chico que da su punto de vista. Siempre viene bien.

    Responder
  6. Joel julio 11, 2016

    Muy buen post bajo mi punto de vista. Creo que parte de lo que explicas existe en si inconscientemente tanto en hombres como mujeres (ya sea debido a la evolución o a temas sociológicos, o una mezcla de ambos). Creo que es cierto que el proceso de conocer a una persona requiere de tiempo para conocer a la otra persona, y coincido en un comentario que, cuando alguien sin conocerte apenas te dice cosas como te quiero, te amo, te hace dudar incluso rechazar a la otra persona, porque no es creíble, al menos eso pienso yo.

    Creo que es un post muy currado con unas pautas a poner en práctica, o por lo menos para poner en práctica una estrategia diferente si es que la que utilizas no te funciona.

    Un saludo Marina

    Responder
  7. Jorge julio 11, 2016

    Creo que la seducción es un arte, no una técnica, y la ciencia y el arte nunca se han llevado demasiado bien. Si consideramos el encontrar pareja como el leitmotiv de todo el asunto, sólo tenemos que pensar que actualmente somos unos 7.500 millones de terrícolas y subiendo. Como toda esta gente ha salido de alguna parte (¿hay por aquí alguien que todavía se crea lo de la cigüeña?) no es aventurado concluir que eso de encontrar pareja no puede ser tan difícil. Si por el contrario nos centramos en la seducción al estilo de un Giacomo Casanova (un ejemplo masculino, cierto, pero los hay también del sexo femenino), la cosa se complica. Lo que quiero decir es que cualquiera puede encontrar pareja (hasta yo), aunque un seductor o una seductora debe poseer un talento innato. Cualquiera puede aprender a pintar en una academia, pero solo un verdadero artista te llegará al alma con su pintura.
    Estoy completamente de acuerdo con lo que decía Francisco más arriba respecto al tema de la luz. No existe nada más irresistible que una persona desbordante de energía.
    Un post valiente, Marina. La seducción es la escurridiza anguila del océano Psicología. Aunque más allá de acuerdos o desacuerdos, tu genial sentido del humor sigue brillando con luz propia. Eso también es un arte.

    Responder
    • Marina julio 11, 2016

      Gracias, Jorge!
      Y sí, no te creas que no me ha puesto nerviosa pulsar el botón de «publicar». Pero bueno, hay que echarle valor y hacer que el conocimiento avance. A mí me habría gustado leer este post en mi época de soltera, así que confío en que a otras les pase igual.
      ¡Un abrazo!

      Responder
  8. Diana Garcés julio 11, 2016

    Hola guapa, súper interesante todo lo que has recopilado, pero creo que el estudio es algo anticuado, no sé, pienso que hoy en día las relaciones son muy diferentes, no lo que queremos de ella, sino la forma de abordar y de seducir.

    Estoy de acuerdo con algunos puntos, con otros tendré que pensarlo y definitivamente muchos los ignoraría por completo 😀

    Por ejemplo, estoy de acuerdo que no es necesario decirlo todo a la primera, ni siquiera los primeros meses. Esto pasó hace mucho tiempo, pero si me pasara hoy reaccionaría igual. Recuerdo a un chico con el que salí que a los 3 meses empezó a hablar de matrimonio, casa e hijos, nunca “directamente” siempre decía cosas “ambiguas”, yo en ese entonces tenía 17 años, ¿qué iba a andar pensando en esas cosas? ni nos habíamos acostado, era virgen y quería comerme el mundo, tener hijos y una casa no estaba en mis planes. Así que obviamente le terminé, porque no quería que las cosas fueran a más y terminará engrampada con él gracias a un niño no deseado o sencillamente por la costumbre.

    Es un buen punto el tema de tener claro “qué no quieres en un chico”, yo tenía claro desde los 15 años, cuando di mi primer beso, qué cosas no quería en un chico y qué no estaba dispuesta a sacrificar de mi para estar con alguien. Sí, tenía 15 años cuando decidí cómo iba a ser mi vida en relación a los hombres y bueno, no creo que me haya ido mal equivocándome y eligiendo a la persona que desde hace 16 años es el compañero de mi vida 😉

    Los tres ejemplos de comunicación no verbal no funcionan hoy en día. Es verdad, hice un experimento hace unos meses (que compartí en mi blog: http://hablandodesexo.com/como-ligan-las-personas-hoy-en-dia/3122/). Se los resumo:

    De camino a BCN en tren, descubrí que la gente no se mira, que no hay manera de «coquetear» y mucho menos pensar en ligar con alguien si te la pasas mirando el móvil. Pues bien, de regreso me dispuse a ligar. Un chico se sentó en frente de mi, Le hice «ojitos», sonreí, agarra mi cabello y sí, todo lo que aquí se dice. Pero el chico o era muy tímido o no entiende estos mensajes. También puede ser que no estaba interesado. El asunto es que estábamos solos, había interés, pero lo único que conseguí fue una sonrisa “tímida” y que se quedara mirándome por la ventana cuando me bajé del tren 🙁

    Hoy en día la gente no mira a las otras personas y esos puntos pierden su sentido, en otra época funcionaban muy bien, a mí un motón te lo puedo asegurar. Ligue mucho en el bus de camino al trabajo, gracias precisamente a esos consejos, pero de eso hace más de 13 años 🙂

    PD. No creo que el tema de la edad sea exclusividad de los hombres, si me preguntas a mi de qué edad elegiría a mi nuevo chico, diría “dos de 25” 😀 jajaja.

    Un abrazo guapa, excelente trabajo, mucho para pensar 🙂

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    • Marina julio 12, 2016

      Muy interesante esto, Diana! Quizá puede ser que como hay canales más «seguros» en los que sabes que el otro está interesado en ti y buscando tema, tipo OKCupid y demás, no merece tanto la pena arriesgarse en el cara a cara.
      Gracias por la aportación! Un abrazo.

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  9. Eduardo julio 11, 2016

    Hola Marina, venía sólo a hacerte una petición… para cuándo una entrada de este tipo para hombres? Ya sé que hay mucha literatura al respecto… pero creo que todos sabemos que la mayoría es de dudosa calidad. Estaría muy bien que lo abacarcaras de la misma forma que en este artículo, me ha parecido muy claro y esclarecedor!

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  10. Aida julio 11, 2016

    ¡Hola Marina!
    Me ha gustado mucho el artículo. Las relaciones de pareja ya de por sí son complicadas y encontrar a LA persona aun más. Intervienen taaaaantas variables. Gracias por compartirlo.

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  11. Claudio julio 11, 2016

    Creo que uno de los grandes problemas de las mujeres es que no saben lo que quieren en el ámbito del amor.

    Buscan un príncipe azul cariño, pero a la vez quieren un hombre canalla que pase de ellas y les meta caña. Tampoco saben si quieren una relación abierta o tener un novio al que serle fiel.

    La ventaja que tenéis las mujeres es que siempre podéis elegir y tenéis hombres que suspiran por vosotras (aunque solo os quieran echar un casquete).
    Los hombres suelen/solemos ser muy primarios y con cualquier acercamiento o que os arregléis un poco estamos más que seducidos.

    Creo que el trabajo hay que realizarlo con lo hombres, que creo que a la hora de ligar siempre estamos a merced de las féminas.

    Un saludo Marina

    Responder
  12. Gaby Carreira julio 11, 2016

    Otra aportación que haría es que, según mi experiencia, lo mejor es retrasar el sexo lo máximo posible, hasta que se cree un entorno de confianza cómodo y nos muramos de ganas. Las ganas siempre lo mejoran todo. Aunque a menudo esta parte se nos va de las manos.

    Y no es una cuestión de hacerse la mojigata, es más bien una cuestión de crear algo especial y encontrarle el momento (si es eso lo que se busca, claro) -dijo una ansiosa.

    Un besazo, Marina, eres LM (La Mejor) ;P

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  13. Jon julio 12, 2016

    Felicidades por este artículo Marina. Como comentas con Silvia, estos son principios generales y luego cada cual somos de nuestro padre y nuestra madre. Yo he tenido etapas de «todo YA» y etapas de «dame tiempo, dame tiempo».

    Me gustaría saber si la ciencia tiene algo que decir al respecto de «tener una vida interesante». Creo que ese es uno de los mejores consejos que se pueden dar a la hora de compartir vida con alguien y, para mí, es muy atractivo que quien aparezca en mi vida no solo cumpla con alguno de los patrones que mencionas en tu artículo, sino que tenga una vida, tenga objetivos, pasiones, intereses…

    Sé que has dejado fuera de tu artículo este tipo de consejo «pop» de forma deliberada, pero me apuesto a que no es difícil hacer un doble ciego acerca de este tema y cotejarlo científicamente. ¿Diferencia la ciencia entre la atracción a corto plazo del «hazme un hijo» y el amor a largo plazo del «hagamos una vida»?

    Supongo que se puede demostrar que sí, hay una serie de cosas que nos «ponen» a los tíos de forma automática, como una niña voluptuosa de 18 años que nos mira a los ojos sonriendo con cara de «dame mambo, Manolo». Pero no pensamos en compartir vida con ese calentón. Cuando imaginamos una vida con alguien, no es esa la imágen que nos viene a la cabeza y buscamos otras cualidades del «largo plazo».

    Sin ir más lejos, yo el otro día me enamoré perdidamente de una DJ de música electrónica que también pinta y es profe de composición. De repente la vida alrededor de esta persona me llamó tanto la atención que mis amigos en el bar me tuvieron que bajar a tierra (y luego traer la fregona para limpiar los charcos de babilla). Tuve que cancelar la boda que ya me había montado en la cabeza y esas cosas. A ella casi no la conocí, pero su vida interesante disparó mi imaginación 😀 😀 😀

    Lo dicho, felicidades por el superpost y por informar con rigor. Crack!

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  14. Elena julio 12, 2016

    Marina, me ha gustado mucho, estoy esencialmente de acuerdo con el artículo, me encanta que se base en fuentes. Te lanzo una proposición ¿para cuándo un post sobre cómo mantener una relación de pareja?

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    • Marina julio 12, 2016

      Me lo apunto! Un abrazo, Elena, y gracias por comentar 🙂

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  15. Elena (otra) julio 12, 2016

    Pues muy interesante. Aunque soy muy propensa a la lectura de género, en este caso simplemente veo no una llamada a ser pasiva, sino a intentar establecer una conexión emocional, y eso lleva tiempo. Por si os sirve de ayuda, yo tuve una pareja estable que comenzó con un rollo de una noche y después nos dimos un mes sin relaciones, y funcionó para establecer esa conexión. No es exactamente el «hazte valer», porque ya me había «bajado las bragas», fue más bien esa fase de ambigüedad y de recopilar información.
    Respecto a la belleza, también por experiencia propia (no soy especialmente guapa, pero cumplo científicamente con las ratios de cintura-cadera-pecho), sirve muy bien para atraer relaciones de una noche, parafílicos y sicópatas, pero en muchas ocasiones es un handicap porque es como si la gente se quedara en la superficie y no se les ocurriera que escarbar un poco más. No sé si eso estará estudiado científicamente o no. Para el largo plazo creo que estamos todas en igualdad de condiciones y tiene mucho más peso la personalidad que otras variables. Muchas gracias por tu artículo y felices vacaciones.

    Responder
    • Marina julio 12, 2016

      Gracias por comentar, Elena, muy interesante lo que cuentas 🙂 Yo también he visto lo que comentas de la conexión emocional. Creo que todo es cuestión de cómo nos contemos la historia. Felices vacaciones para ti también!

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  16. Pau julio 12, 2016

    Hola Marina, ¡qué artículo más genial! Personalmente, como adicto a la ciencia aplicada a las relaciones sociales, me encanta 🙂

    Hay muchos matices que darían para otro artículo entero, pero todas las principales claves están aquí (me ha hecho gracia porque conozco muchos de los estudios por otras fuentes) y puedo dar fe de su eficacia.

    Sí, sé que quizás haya gente a quien no le gusten este tipo de artículos porque le quitan «magia» a las relaciones de pareja, pero al final hay que aprovechar lo que la ciencia del comportamiento nos puede ofrecer y no desdeñarla porque parezca fría o arcaica. Una cosa son las conclusiones generales, y otra el uso que hagas de ellas.

    Me ha gustado tu apunte sobre mantener la ambigüedad. Presionar para formarlizar una relación de pareja es uno de los errores más comunes.

    Yo añadiría encontrar vínculos con la otra persona como forma de generar mayor atracción. En la seducción, los polos opuestos no suelen atraerse. Y me quedo con las conclusiones de varios comentarios que he leído por arriba: la seducción, en definitiva, no es un fin, sino una consecuencia de tu vida, de tus pasiones y de tu forma de sentirlas.

    Un abrazo,

    Pau

    Responder
  17. Rosana julio 15, 2016

    A los hombre no les dan miedo las mujeres fuertes y decididas, les dan miedo las mujeres desesperadas y que son incapaces de proveerse sus propias necesidades. De hecho, esto nos debiera echar para atrás a las mujeres también, pero nuestra desesperación roza el arrastrerismo más denigrante. Y el problema es pensar que sin otra persona no eres nadie, que es lo que se denota en muchas de las anotaciones. Hay una diferencia sutil pero tremendamente importante entre querer y necesitar. Puedes querer tener pareja, pero no necesitarla. Esa es la clave a mi modo de ver, junto con compartir valores, visión de la vida y objetivos vitales. Cosas como juegos, ser más o menos pasivo, hacer esto o lo otro para tener más posibilidades de éxito lo que hace es alienar nuestra persona para conseguir eso que creemos necesitar, y con eso, tienes muchas papeletas para verte envuelta en una relación poco satisfactoria pero con «tu necesidad» esté temporalmente cubierta. También puedes tener suerte, pero es como jugar a la ruleta rusa. Los hombres, en este sentido tienen la ventaja de una educación en la que no se basa su valía en si están solos o acompañados. En general se asume que un hombre que está solo o en pareja lo está porque así lo ha decidido (con infinitos matices), no así con las mujeres…que aunque afortunadamente va a menos, tendemos a ver con pena a una mujer que está sola porque asumimos que es porque no ha podido encontrar, más que por voluntad o porque simpemente no le sale dei higo tener que estar pendiente de si le gusta o no al maromo o carne de boda (seriously?) potencial.

    Responder
    • Marina julio 19, 2016

      Hola, Rosana!

      Gracias por comentar 🙂

      Lo que quizá yo no he sabido transmitir es que la finalidad de todo esto no es conseguir a un tío porque sí. Es incrementar las posibilidades de a) conocer a alguien compatible y b) que entre esa persona compatible y tú se cree un vínculo significativo. No tiene que ver con alienarse, ni con manipular, ni con verse de pronto habiendo seducido a alguien que no tiene nada que ver con nosotros. Por eso insisto en que la ambigüedad te sirve A TI más que a nadie, para no precipitarte y realmente evaluar la información de manera que sepas dónde te metes y no te dejes guiar por primeras impresiones.

      Por otra parte, creo que la inmensa mayoría de nosotros nunca somos 100% auténticos y espontáneos cuando conocemos a alguien que nos gusta (o cuando vamos a una entrevista de trabajo, queremos hacer amigos, etc.). Modificamos lo que decimos y cómo lo decimos para causar una buena impresión. En ese sentido, este post es más una propuesta de cómo reencauzar tus esfuerzos hacia vías más útiles, que una obligación de esforzarte cuando hasta entonces todo era 100% espontáneo y natural.

      En cuanto a lo de no necesitar a nadie: mi postura, ya lo sabes, es legitimar, que no forzar, el deseo (no la necesidad) de tener una pareja. Creo que el discurso de «tienes que estar bien sola» ha hecho mucho daño, y que la naturaleza humana busca compañía íntima. En ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso) lo importante no es el comportamiento, sino la función que desempeña, es decir: que algo no es bueno o malo porque sí, sino en relación a la función que cumple en tu vida. Una persona puede estar sola porque lo disfruta y va de acuerdo con sus valores, o puede estarlo porque evita la vulnerabilidad de una relación íntima. Ahí cada uno tiene que examinarse y ver si los motivos, que no la acción, son los mejores.

      Yo creo en la intencionalidad en la búsqueda de pareja, igual que creo en ser intencional con tu trabajo, con tus relaciones sociales o con tus hobbies. Eso no quiere decir que puedas controlar el resultado al 100%, y por eso al principio del artículo (o del cuaderno, ahora no me acuerdo), hago hincapié en preguntarte cómo encontrarías la felicidad o la satisfacción si nunca encontraras pareja, y en hacer una lista de tus valores y buscar formas alternativas de actuar de acuerdo con ellos, con o sin un hombre a tu lado.

      Espero que haya quedado un poco más claro 🙂

      Abrazos!

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  18. Nohelia septiembre 26, 2016

    Me he gozado tus artículo Marina, excelentes!

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  19. Eileen noviembre 9, 2016

    Y qué hacer si un hombre te añade en FB, te habla al principio diciendote gracias por la amistad, da me gusta a una foto tuya que no es la mejor, te contesta a tus comentarios etc, amable y hasta se rie, pero luego ves que se pasa dando me gusta en fotos de otras y en las tuyas nada y pasa de ti de pronto vamos en plan si le hablas te contesta si no le hablas no dice ni mu, y de vez en cuando se acuerda y le da me gusta a alguna foto o publicacion que subes (y eso de peras a higos) pero donde no estás, en cambio en las de sus demas contactos incluso de los que no conoce en persona le da me gusta hasta en tonterias y les hace comentarios o piropea ya sean hombres (comentarios) o mujeres (me gusta y piropos en casi todas sus fotos aunque sean horribles, si hay chicha pues más aun) para que te añaden y te hablan si luego no te hacen ni caso ni se preocupan por saber de ti ni como eres…

    Responder
  20. Mariana febrero 7, 2018

    Ya lo use y no me sirvio y tampoco me quiere decir quien le llama la atencion y hoy cometi una toteria y creo que nunca se va a enamorar de mi

    Responder
  21. Mariana febrero 7, 2018

    Odio mi vida tu como me podrias ayudar para enamorarlo despues de la tonteria que cometi

    Responder
  22. Carmen enero 3, 2019

    Hola sobre el tema de la ambigüedad les contare desde mi experiencia; los chicos que me han coqueteado abiertamente y me hacen saber que yo les gusto en la primera que nos conocemos o hablamos inmediatamente me alejo de ellos porque primero quiero conocer a las personas y luego ver si es candidato.

    Responder
  23. C Alejandro abril 14, 2020

    He leído lo que has escrito y lo he tenido que dejar a la mitad. Bajo la guisa de querer ayudar aportando datos «científicos», por otra parte limitados, lo que haces es reforzar estereotipos con la coletilla, eso sí, de que, bueno… al final todo depende, y no te desanimes si no entras en el cliché. Ridículo. Primero, ligue y encontrar pareja estable no son necesariamente lo mismo. El amor surge de un encuentro a otros niveles. Ayuda aprender a conocerse y quererse a uno mismo. Me parece que tu «estudio» es mera publicidad y reflejo de la sociedad superficial y alienada en la que vivimos y que habrá que transformar para llegar al auténtico «reino de la libertad» donde todos y todas encontraremos la auténtica felicidad que merecemos.

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    • Marina abril 14, 2020

      Gracias por comentar, C. Yo también considero que la ciencia es imperfecta y que cada uno tiene que probar lo que le sirve. Esto no es más que un modelo que puedes poner en práctica si tiene sentido para ti y si lo que hacías antes no te funciona. Si no tiene sentido, pues mejor no perder el tiempo y buscar en otro sitio.

      Marina

      Responder
  24. Natalia abril 22, 2023

    He leído todo el artículo, y aunque hay partes hilarantes y muy valientes, en general me incomoda. No sé hasta qué punto aportar datos sobre la selección basada en la apariencia ayuda a alguien, sobre todo si tenemos en cuenta que las mujeres también juzgan ciertos parámetros físicos de los hombres cuando seleccionan pareja. Genera la impresión de que ciertas cualidades físicas son defectos físicos irreversibles, que nos dejan a expensas de la valoración ajena, y que tenemos que remediar con estrategias de sociabilización (como la adopción de un lenguaje verbal sumiso y pasivo) y apariencia, como el maquillaje. Nada nuevo bajo el sol. Creo que apoyar un tema así en estudios poco actualizados, o que siguen planteando la atracción hetero en base al esquema reproductivo no ayuda mucho. Hay un montón de motivos por los que hoy en día se busca pareja, y la verdad, la atracción o el amor no están exactamente en el centro. Con un montón de presiones para emparejarse (sociales, económicas, etc) la elección es una ilusión. Frecuentemente, la gente está emparejada literalmente con el primero/la primera que pasó por su círculo y encajaba con su background, incluso si este no era bueno. Por otro lado, me llama la atención la suposición de que una mujer que busca pareja percibirá durante el proceso de ligue que él tiene un valor más alto como pareja. En definitiva, todas esas estrategias para compensar el menor valor del género mujer. Honestamente, yo nunca he estado ahí y no me identifico con eso.

    Responder

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