Retoma tus hábitos después del verano sin (demasiado) esfuerzo
«Lo mejor de ir al gimnasio es la superioridad moral», le digo a Pablo una mañana de mayo mientras caminamos de vuelta a casa. Es domingo y la gente tiene cara de resaca; nosotros, en cambio, nos hemos levantado temprano, hemos cumplido con nuestro entrenamiento y lo hemos anotado pulcramente en nuestras libretas de vigoréxicos.